Cristina Fernández de Kirchner es candidata a vicepresidenta y trata de cultivar el perfil bajo para no restarle lustre a Alberto Fernández, quien según todos los sondeos gobernará Argentina a partir del 10 de diciembre. Cristina acaba de abandonar por unos días la campaña electoral por cuestiones familiares. Ha viajado de urgencia a La Habana, donde su hija Florencia se trata de una obstrucción linfática. La exmandataria cree que la enfermedad ha tenido un componente emocional debido a la "feroz persecución judicial" que atribuye al actual Gobierno de derechas.

El senador Miguel Pichetto fue la espada de los Kirchner en esa cámara legislativa pero hizo una pirueta política y pasó a acompañar a Mauricio Macri en la aventura de la reelección que ya tiene un resultado cantado y es desfavorable. Aferrado a la posibilidad de un milagro, Pichetto quiere debatir públicamente con quien fue su jefa. Cree que en un cara a cara puede ponerla en aprietos.

Pero la exmandataria evita la exposición pública salvo cuando decide claramente tomar la palabra y no pasar inadvertida. Eso ocurre con las presentaciones de Sinceramente, el libro que ha escrito a modo de alegato frente a las acusaciones de corrupción y para reflexionar sobre el futuro.

FENÓMENO INÉDITO

En un país donde la industria editorial ha tenido una caída de casi un 50%, "Sinceramente" se ha convertido no solo en la tabla de salvación de Random Hause con sus más de 350.000 ejemplares vendidos. También ha devenido un inédito fenómeno político y cultural. Miles de personas asisten a las presentaciones que se realizan en distintas ciudades del país.

Sobre un escenario, Fernández de Kirchner dialoga con el escritor Marcelo Figueras. Los asistentes llevan sus ejemplares a la espera de obtener una firma de su autora. La situación tiene sus inesperados ribetes religiosos. "Esa gente compró el libro con muchas dificultades económicas. Lo agitan como pañuelos o banderas. Lo cuidan como un talismán. Hijos e hijas se lo leen en voz alta a sus padres”, contó Figueras a este corresponsal. Los niños abrazan a CFK y prometen también leer lo que de hecho ha devenidoo una nueva y profana biblia kirchnerista.

MENSAJE A LOS EMPRESARIOS

"Esta es la clave de los tiempos que vienen y que todos seguramente con inteligencia, con capacidad y con solidaridad vamos a poder construir. Un nuevo orden, de eso se trata lo que queremos hacer, con todos y con todas", dijo Cristina en su última presentación en la norteña y paupérrima provincia de Misiones.

Allí le envió un mensaje a los empresarios. "Los actores económicos deben entender que cuanto más favorecidos y más dinero tienen, más responsables son también para ayudar a que Argentina salga adelante. Va a requerir un nuevo contrato social, de todos en la medida de sus responsabilidades". Cristiano Ratazzi, el dueño de Fiat Argentina, se sintió interpelado. "A Alberto Fernández no le tengo miedo, pero a Cristina si le tengo un poquito de miedo".