Equipos de socorro rastreaban ayer las costas del océano Indico en busca de supervivientes del colosal maremoto que ha causado un reguero de muertos en el sureste de Asia. "No me extrañaría que el número de muertos llegue a los 100.000 cuando sepamos qué ha pasado en las islas de Andaman y Nicobar en la India", declaró ayer el director de operaciones de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna, Peter Rees. Los gobiernos elevaron a más de 76.000 la cifra oficial de muertos, uno de los peores desastres naturales del planeta.

La ONU ha organizado el mayor despliegue de su historia, porque teme que el cólera y la diarrea puedan aumentar las víctimas. Suecia y Alemania, países que tienen a Asia como refugio invernal, están haciendo frente a la pérdida de miles de ciudadanos que fueron en busca del paraíso y encontraron el infierno.

SOLO ROPA PARA LOS CADAVERES En Tailandia, los hoteles de lujo en primera línea de playa son ahora cementerios. "Sólo tenemos ropa para envolver los cuerpos, y nuestras manos y algunos machetes para recuperar los cadáveres", explicó Surasit Kantipantukul, un socorrista que está trabajando en la provincia de Pang Nga. "Queremos máquinas y botes", añadió.

Fuentes oficiales tailandesas reconocieron la escasez de medios. "Los equipos taiwaneses y alemanes tienen cámaras para buscar en los agujeros y buscar cuerpos, y sónars para detectar cuerpos vivos", dijo el ministro de Medio Ambiente, Suwit Khunkitti. "Nuestros trabajadores sólo tienen la nariz para detectar los olores nauseabundos". Indonesia es el país que más ha sufrido el azote del tsunami, con más de 45.000 muertos.

El presidente, Susilo Bambang Yudhoyono, habló de "informes de víctimas que dan miedo" en la provincia de Aceh.

Los militares y los equipos de socorro llegaron a Meulaboh (una aldea en el oeste de Aceh), a sólo 150 kilómetros del epicentro, y sólo encontraron cadáveres y escombros. "El 80% de los edificios están destrozados", declaró el ministro de Seguridad, Widodo Adi Sutjipto.

GESTO DE LOS TIGRES TAMILES En Sri Lanka, el Gobierno hizo un llamamiento a los guerrilleros separatistas de los Tigres Tamiles para que se unan a las operaciones de rescate. El jefe de los tamiles, Velupillai Prabhakaran, no respondió directamente a esta propuesta, pero compartió el duelo de las autoridades y dio el pésame a todos los gobiernos de la zona que se han visto afectados por el maremoto, un gesto que se valoró mucho en medio de la catástrofe. Los Tigres Tamiles --que controlan varias zonas del norte de la isla-- y el Gobierno de Sri Lanka interrumpieron las negociaciones de paz en abril del 2003.

CUERPOS DESFIGURADOS En la India, las autoridades temen conocer la cifra de muertos en las islas de Andaman y Nicobar, en el golfo de Bengala, donde las olas llegaron a alcanzar hasta los seis metros de altura. "Es difícil incluso saber si los cuerpos son de extranjeros, porque están totalmente desfigurados", afirmó Serge Barros, un voluntario francés. En muchos casos será necesario analizar el ADN de los cadáveres para poder identificar a las víctimas. Precisamente, España ha ofrecido una unidad de identificación de cadáveres de la Policía, al objeto de colaborar en las labores de identificación y poder acelerar los enterramientos.