El influyente clero shií de Irak envió ayer una poderosa señal a la coalición ocupante de que, sin el aval del liderazgo religioso, es papel mojado el plan acordado en noviembre entre el administrador civil norteamericano, Paul Bremer, y el Consejo de Gobierno Iraquí (CGI) para transferir la soberanía a un Ejecutivo y poner fin al estado de ocupación. Decenas de miles de iraquís salieron a la calle en Basora, la segunda ciudad del país, para apoyar la exigencia del líder espiritual shií, el ayatolá Alí Sistani, de elegir la Asamblea Nacional en unas elecciones por sufragio universal y no por designación.

Desde la irrupción de las tropas anglo-norteamericanas en Irak, en marzo, la comunidad shií ha permanecido en silencio y se ha limitado a demostrar su enorme disciplina interna en funerales y conmemoraciones religiosas. Líderes radicales, como el joven clérigo Muktada al Sadr, fustigaban desde los púlpitos a las tropas ocupantes, pero desde la ciudad santa de Nayaf, el Vaticano de los shiís, Sistani pedía paciencia ante los acontecimientos.

"NO A AMERICA" "No, no a América; sí, sí a Sistani", coreaban ayer los asistentes. La manifestación de Basora, perfectamente organizada y en la que reaparecieron milicias armadas shiís, constituyó un duro revés para los planes del administrador Bremer de poner fin al estado de ocupación en junio con la elección de una Asamblea Nacional transitoria designada por notables locales.

Alí Sistani teme que los shiís, el 60% de la población, no puedan hacer valer su mayoría en la asamblea y en el proceso de transición política, en detrimento de otras minorías étnicas de Irak, tras décadas de represión por parte del régimen de Sadam Husein. Bremer respondió a las exigencias de Sistani que no hay tiempo para celebrar elecciones antes de la fecha prevista.

REVISION EN WASHINGTON En los últimos días, fuentes gubernamentales norteamericanas admitieron abiertamente desde Washington que el plan de transferencia de autoridad estaba siendo revisado para garantizar la transparencia en el proceso de elección de la Asamblea provisional.

En una conversación con este diario, Abú Ibrahim Hamudi, secretario de organización de la Asamblea Suprema para la Revolución Islámica en Irak (ASRII), principal fuerza política shií, desgranó las razones del ayatolá Sistani para exigir elecciones por sufragio universal: "Un 80% del territorio de Irak permanece en paz; únicamente unos pocos barrios de Bagdad y algunas ciudades del oeste del país, como Faluya o Ramadi, pueden tener problemas para celebrar esas elecciones".

Hamudi rechazó la opinión de Naciones Unidas, que consideró técnicamente imposible la organización de unas elecciones.