El representante de la ONU en Sudán, Jan Pronk, inició ayer una visita de inspección a la castigada región de Darfur, apenas unos pocos días antes de presentar al secretario general de la organización, Kofi Annan, su informe sobre el desarrollo de la crisis de Sudán. Sin querer adelantar el contenido del documento, Pronk reiteró que el establecimiento de zonas de seguridad en Darfur no es más que un primer paso y que el Gobierno de Jartum, una vez que expire el ultimátum del Consejo de Seguridad a Sudán a final de agosto, deberá extender la seguridad más allá de las zonas vigiladas para favorecer el regreso de los desplazados.

La visita de Pronk disparó la tensión en algunos de los campos de desplazados en El Geneina, capital del estado de Darfur del Oeste. Según algunos testigos, hubo mujeres que lanzaron piedras a miembros de la Comisión de Asuntos Humanitarios.