El mensaje de Bin Laden es un ejercicio --más que notable-- de demagogia al servicio del divide y vencerás, en el que por primera vez despliega auténticos argumentos políticos, en vez de esgrimir proclamas extremistas y consignas fanáticas, como solía hacer hasta ahora. Es como si Al Qaeda hubiera reclutado politólogos y expertos en comunicación. Y queda claro que tanta guerra no ha debilitado en lo más mínimo a la multinacional del terror. Que sí está vinculada al 11-M, por mucho que otros demagogos --tertulianos nuestros-- se empeñen en negarlo.*Periodista.