Howard Dean, exgobernador de Vermont y aspirante a la nominación del Partido Demócrata para luchar por la Casa Blanca, ha emprendido una desesperada batalla por frenar su caída en los sondeos de voto de Nueva Hampshire, cuyas primarias pueden decidir el próximo martes si es viable su intento de ganar la candidatura demócrata a la presidencia.

CRITICAS POR LA PERDIDA Tras la derrota en Iowa, Dean arremetió ayer contra el establishment político de Washington y pidió la destitución del presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, por "haberse politizado demasiado".

El apoyo que perdía el exgobernador de Vermont en los sondeos parece que lo ganaba de forma simultánea el senador por Massachusetts, John Kerry, con un cómodo 34% de respaldo en las encuestas, frente al 22% de su rival y el 17% cosechado por el exgeneral Wesley Clark. El jueves por la noche, los tres participaron en un debate con los otros cuatro aspirantes a la nominación demócrata, en el que los principales ataques fueron dirigidos contra la política del presidente estadounidense, George Bush.

De hecho, más que dar datos para clarificar sus respectivos programas, los rivales demócratas hicieron un esfuerzo por presentarse como "presidenciables" y, en el caso de Dean, por ahuyentar su imagen de persona irascible y descontrolada, dando muestras de moderación.