Bárbara y Tom pasean cogidos de la mano junto al Madison Square Garden, donde hoy empieza la convención republicana. Ella tiene 85 años y él, 79, y están frescos tras dos horas sobre el asfalto a más de 30 grados. Como cuando salieron a la calle para protestar contra la guerra de Vietnam, la necesidad de denunciar les da fuerza. "Creemos en la no violencia, y en Irak han muerto miles de iraquís inocentes", dice ella, preguntándose: "¿Qué no había hecho esta vez Sadam?". Y propone: "¿Por qué no creamos un departamento de paz?".

A su lado, un grupo de veteranas de la vida recorren las calles metidas en un dragón rosa. Más tarde llegan al mismo punto el Che Guevara, Fidel Castro y Lenin, o mejor dicho, los jóvenes que disfrazados así han logrado centrar la atención en el grupo de Comunistas por Kerry.

Nueva York era ayer una fiesta. La protesta organizada por Unidos por la Paz y la Justicia logró sus objetivos: convocar a decenas de miles de personas para protestar contra George Bush y conseguir hacerlo en paz. Para Gloria, una española que pasa unos meses en la ciudad, ese ambiente era una de las sorpresas. "Creía que sería una cosa más solemne. Hay gente de todo tipo y de todas las edades, y todos tienen muy buen humor y mucha imaginación", decía, recordando ingeniosos eslóganes --o deseos-- como Perder elecciones es genético .

La mayoría

Acudió hasta Michael Moore. "Somos la mayoría de este país, la mayoría se opone a la guerra", dijo el director de Fahrenheit 9/11 , que luego se refugió en un restaurante de la Sexta Avenida, por donde la manifestación bajaba, rodeada por un impresionante despliegue policial, hasta Union Square.

Mientras, el vicepresidente, Dick Cheney, hablaba en Ellis Island. "Bush es exactamente el líder que necesitamos para estos tiempos". Ayer, cerca de 200.000 personas le llevaron la contraria. En paz.