La visita del jefe negociador de la Unión Europea (UE), Michel Barnier, esta semana a la primera ministra británica, Theresa May, y la última ronda de negociaciones técnicas no han servido para allanar el camino al 'brexit'. Todo lo contrario. Londres y Bruselas siguen chocando en elementos “sustanciales”: los derechos de los ciudadanos y las reglas europeas durante el periodo transitorio. Los Veintisiete aceptaron a finales de año conceder la fase extra que pedía May tras el divorcio -el 29 de marzo del 2019- para que sus ciudadanos y empresas se adaptaran a la nueva realidad, pero si los desacuerdos persisten este período podría estar en cuestión.

“Siendo franco, viendo los desacuerdos, la transición no está garantizada. Si persisten, no se puede dar por hecha”, ha avisado tajante Barnier este viernes durante una rueda de prensa en la que ha hecho balance de la última ronda negociadora. Al político francés no le gusta hablar de amenazas ni sonar descortés. La palabra “respeto”, ha insistido, es “importante” para él. Pero de su mensaje se desprende que las posiciones a ambos lados del Canal de la Mancha siguen tan distantes como el año pasado, y el clima, enrarecido.

El negociador británico, David Davis, acusó este jueves al equipo europeo de “descortesía” y de actuar con “mala fe” por la publicación del borrador del acuerdo sobre el periodo transitorio elaborado por la UE. Un texto que incluye la posibilidad de sancionar a Londres a través de un mecanismo especial -en vez de utilizar los habituales y largos procedimientos de infracción- que permitiría a la UE suspender determinados beneficios derivados de la participación británica en el mercado único.

Un pacto jurídicamente sólido

“Ni sobre esta cuestión ni sobre otras encontrará en nuestra actitud la mínima descortesía, una voluntad de castigo. Todo lo contrario. Debemos simplemente conseguir un acuerdo de salida que sea jurídicamente sólido y no debe haber espacio para la incertidumbre”, ha respondido Barnier. Por enésima vez, ha recordado que son los británicos quienes han pedido un periodo transitorio -que Bruselas propone concluir el 31 de diciembre del 2020- y ha advertido que durante esta fase las reglas deben estar claras. “Es normal que en un acuerdo internacional se incluyan mecanismos eficaces de resolución de conflictos. Es el caso con Suiza”, ha explicado.

Tres son los elementos en discordia mencionados por Barnier. El primero, los derechos de los ciudadanos. Londres reconoce el principio de libre circulación de personas durante el periodo transitorio pero quiere restringir los derechos de los ciudadanos europeos que lleguen al Reino Unido durante ese periodo. “Es difícil explicar que no vamos a aplicar las mismas reglas en la transición a los que lleguen durante ese periodo y a los llegados antes del 29 de marzo del 2019”, ha explicado. Además, el Gobierno británico quiere seguir oponiéndose a las nuevas reglas europeas que se adopten durante la fase en cuestión y participar en ámbitos como la justicia e Interior aunque haya decidido abandonar la UE, algo que el negociador europeo ha calificado de "sorprendente".

La frontera de Irlanda

Otro escollo es el estatus de Irlanda del Norte, una de las cuestiones más delicadas de la negociación. La propuesta europea recoge varias opciones, incluida la posibilidad de que Irlanda del Norte siga siendo en el futuro parte de la unión aduanera. “Hay que decir la verdad. La decisión de abandonar la unión aduanera y el mercado único hace que los controles fronterizos sean inevitables”, ha avisado Barnier, que ha lamentado también la decisión británica de suspender la reunión prevista este viernes sobre la relación futura. “No ha podido tener lugar por problemas de agenda de los británicos. Es la única reunión que ha sido anulada”, ha precisado.

Pese a esta falta de concreción británica, el objetivo sigue siendo llegar a un pacto sobre el divorcio y el periodo transitorio en la cumbre del 22 y el 23 de marzo, que aprobará también las orientaciones para abrir discusiones sobre la futura relación. “Cuanto antes elijan mejor. No voy a pronunciar la palabra 'amenaza'. Son ellos los que han pedido el período transitorio y las condiciones son las lógicas. Espero que podamos eliminar desacuerdos en la próxima ronda de negociación”, porque “no hay tiempo que perder” y “hay puntos que no son negociables”, ha advertido Barnier.