La Policía procedió ayer a la detención provisional de Alexandre Benalla por los cargos de violencia, usurpación de funciones y complicidad en el desvío de imágenes de cámaras de video vigilancia, según anunció la Fiscalía de París, encargada de investigar el caso de este agente de seguridad de Emmanuel Macron que golpeó a un manifestante el pasado Primero de Mayo haciéndose pasar por un antidisturbios.

Paralelamente, el Elíseo ha iniciado los trámites para su despido al haber tenido conocimiento de «nuevos hechos» constitutivos de delito. La investigación preliminar abierta por la Fiscalía ha revelado que Benalla recibió de la Prefectura de Policía las imágenes de las cámaras de vigilancia de la zona donde se produjeron los hechos pese a no tener autorización para ello.

El ministro del Interior, Gérard Collomb, suspendió de manera preventiva a los tres policías que extrajeron esas imágenes e hicieron una copia para dársela a Benalla. Cuanto más datos se conocen, más aumenta la presión sobre el titular de Interior para que explique por qué no puso en manos de la justicia los hechos, a pesar de que supo de la existencia del vídeo al día siguiente de su difusión. Se espera que Collomb comparezca a principios de la próxima semana en la comisión de investigación abierta en la Asamblea Nacional. La polémica que salpica a Emmanuel Macron, quien atraviesa un mal momento de popularidad, está todavía lejos de apagarse.