La Guardia Civil detuvo el martes a un militar brasileño, miembro de la comitiva que acompaña a la cumbre del G-20 en Japón al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, al detectar en el aeropuerto de Sevilla una maleta con 39 kilos de cocaína que supuestamente le pertenece. Tras pasar la noche arrestado en la Comandancia de la Guardia Civil de Montequinto, el juzgado en funciones de guardia ordenó ayer el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza del sargento arrestado, al que se investiga por un presunto delito contra la salud pública.

Fuentes de la investigación informaron de que el militar, perteneciente al Grupo Especial de Transporte de la Fuerza Aéreas Brasileña (FBA) y de unos 37 años, viajaba junto a otros compañeros en un avión en dirección a Japón. Tras partir de Brasilia, en Sevilla hicieron una parada. La aeronave, que sería la que el dirigente utilizaría como reserva, actuaba como una «avanzadilla» de la comitiva, y estaba previsto que ambos aviones llegaran ayer al país asiático.

Nada más aterrizar en Sevilla al mediodía del martes, pasajeros y maletas fueron sometidos al preceptivo control policial en el aeropuerto, algo que debía desconocer el arrestado, que no disponía de protección diplomática. La sorpresa saltó cuando los agentes hallaron ocultos en una maleta 39 kilos de droga repartidos en 37 paquetes. La valija fue identificada rápidamente como propiedad del militar, que quedó arrestado de inmediato.

La detección de la droga que transportaba el sargento fue posible porque el viaje del avión de reserva del presidente brasileño y su parada en Sevilla no fueron consideradas por las autoridades aéreas españolas como escala técnica, indican fuentes policiales cercanas al caso.

Además, su equipaje no se consideraba valija, explican las mismas fuentes, por ser el militar detenido un miembro común de la tripulación. Eran en total 21 tripulantes y viajeros los que iban en el avión, y sus equipajes fueron metidos en su totalidad en la cinta de seguridad. En las instalaciones de Aena van a la misma cinta con escáner las maletas del personal de séquitos presidenciales que no tienen consideración de diplomáticos. La revisión a la que se sometió la maleta era rutinaria. El presidente Bolsonaro confirmó la detención, ofreció la colaboración del Ministerio de Defensa de su país y aseguró que, de ser cierta la noticia, el militar «será juzgado y condenado conforme a la ley».