Memorial, una de las principales oenegés rusas de derechos humanos, ha pagado un elevado precio por sus actividades de denuncia de los abusos y los excesos en Chechenia, la república caucásica gobernada por Ramzán Kadírov, estrecho aliado del presidente ruso Vladímir Putin. Oyub Titiev, máximo responsable local de la organización, fue arrestado el martes pasado en Kurchaloi, cerca de Grozni, la capital, bajo la acusación de poseer sustancias «similares a las drogas», un cargo que los militantes de Memorial califican de «fabricado».

La detención se produjo mientras Titiev viajaba en coche desde la localidad de Kurchaloi, a unos 40 kilómetros de Grozni, a la sede de Memorial en Chechenia. Según tuiteó Tanya Lókshina, investigadora sénior de Human Rights Watch en Moscú, el activista permanecía custodiado de forma «no oficial» por la policía de Kurchaloi, sin que se conocieran los cargos. La policía de Chechenia confirmó ayer la detención, motivada, según su versión, «por la posesión de 180 gramos de una sustancia de origen vegetal y un olor específico a marihuana».

La organización expresó ayer su gran «preocupación» por el arresto y exigió a la delegada para los derechos humanos, Tatyana Moskalkova, y al presidente del consejo consultativo de los derechos del hombre ante el Kremlin, Mijaíl Fedotov, que intervengan para esclarecer los hechos. No es la primera ocasión en que se acusa a las fuerzas del orden de Rusia y Chechenia de falsear acusaciones y de montar puestas en escena para fabricar delitos de tenencia de drogas o armas a dirigentes y activistas incómodos.

Uno de ellos fue el caso de Mairbek Vatchagáyev, representante en Moscú del difunto presidente checheno Aslan Masjádov a finales de los años 90. Fue detenido en los albores de la segunda guerra de Chechenia bajo la acusación de tenencia ilegal de armas, que fueron halladas en su vehículo, y tras pasar tres años recluido en la cárcel de Butyrka, fue obligado a exiliarse en Occidente. Vatchagáyev es ahora un historiador experto en el Cáucaso Norte y colabora con think tanks como Jamestown Foundation.

Activistas de Memorial han sido asesinados en Chechenia mientras hacían su labor de crítica contra las violaciones de los derechos básicos cometidos por las fuerzas policiales bajo responsabilidad de Kadírov. Tal fue el caso de Natalia Estemírova, secuestrada en julio del 2009 por hombres armados. Su cadáver fue hallado horas después en la vecina república de Ingushetia.