ITras cinco días de combates, el Ejército de Pakistán anunció ayer la detención de un centenar de presuntos militantes de Al Qaeda en una vasta operación militar en la zona fronteriza con Afganistán, aunque, contrariamente a lo anunciado en días anteriores, prácticamente descartó que Ayman al Zauahiri, mano derecha de Osama Bin Laden, se encontrara rodeado en esa región montañosa. Según las fuerzas de seguridad paquistanís, al menos 13 civiles han perdido la vida en los combates.

Fuentes militares paquistanís admitieron que el "objetivo de gran valía" cuya próxima captura habían venido vaticinando en los últimos días es probablemente un dirigente uzbeko o checheno, según dedujeron de las transmisiones de radio interceptadas. La feroz resistencia que presentaron los activistas rodeados hizo pensar a los mandos del Ejército pakistaní que se hallaban ante un importante dirigente de Al Qaeda.

Miles de soldados paquistanís han tomado parte en la ofensiva militar, la de mayor envergadura desde que Pakistán se alineara con EEUU en su lucha contra el terrorismo internacional. "Son combatientes muy profesionales; esperan a que nuestras tropas se acerquen a cinco o siete metros y entonces abren fuego contra ellas", admitió el general Safdar Husain, el máximo dirigente militar paquistaní en la región. Periodistas presentes en la zona de combates aseguraron haber visto a un camión cargado con 30 ó 40 prisioneros de guerra, todos ellos con barba y vestidos con vestimentas tradicionales paquistanís. La intensidad de los combates ha provocado las primeras protestas de la población civil de la región tribal al noroeste de Pakistán. Hasta 13 civiles podrían haber muerto al ser atacado por error los vehículos en los que viajaban. Ya en territorio afgano, el Ejército de EEUU volvió a causar bajas civiles. Al menos seis afganos resultaron muertos y otros siete heridos, la mayoría de ellos mujeres y niños, según un policía local.