Dilma Rousseff roza la victoria en la segunda vuelta de Brasil. Con el 95% de los votos escrutados, la presidenta suma el 51% de los votos frente al 49% del senador Aecio Neves, según los resultados oficiales. Alrededor de 2 millones de votos separan a los dos candidatos cuando quedan poco más de 5 millones de sufragios por contar.

Si la tendencia se mantiene, la victoria de Rousseff significarán otros cuatro años en el poder para el Partido de los Trabajadores, que desde que tomó las riendas de la mayor economía de América Latina en el 2003 prácticamente ha transformado Brasil.

Durante ese tiempo, el crecimiento económico ha sacado a 40 millones de la pobreza, el desempleo se ha reducido a mínimos históricos y se han logrado grandes avances contra el hambre en el que sigue siendo uno de los países más desiguales del mundo.

La popularidad de Rousseff se ha apagado, no obstante, en los últimos tiempos. La economía se ha desacelerado dramáticamente bajo las políticas de mano dura y muchas veces impredecibles de Rousseff, por lo que los días de gloria de Brasil parecen quedar atrás.

Numerosos escándalos de corrupción, la alta inflación y la frustración por los malos servicios públicos como la sanidad han empujado a muchos a considerar un cambio en favor del liberal Neves.