Mientras Rusia trabaja en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi, dos de sus compatriotas no manifiestan el mínimo interés en el acontecimeinto, ya que prefieren dedicar su tiempo a escalar la Torre de Shanghái, de 632 metros.

Este es el caso de Vadim Makhorov y Vitaly Raskolov, dos jóvenes rusos que han viajado a China para escalar el segundo rascacielos más alto del mundo, por detrás del Burj Khalifa en los Emiratos Árabes, de forma clandestina y sin equipos de seguidad.

Los dos jóvenes, adictos a la adrenalina que supone una experiencia de estas dimensiones, han registrado sus hazañas en el país asiático con cámaras portátiles, sujetas en sus cabezas, que les han permitido grabar la escena desde el momento en que empiezan a subir el edificio, hasta que se encuentran en la cumbre, con la ciudad a sus pies. Pero este reto no es suficiente para Makhorov y Raskolov, ya que una vez en la cima continúan su camino por la grúa del edificio para seguir trepando hacia el cielo.

ESCALADORES URBANOS

Sin embargo, esta no es la única proeza de los dos jóvenes adictos al riesgo y miembros del colectivo 'On the roofs', ya que en su blog se evidencia que sus hazañas tienen un largo recorrido. Durante su trayectoria han escalado edificios, minas y presas de Europa, de Oriente Medio y Asia Central y Oriental, además de ser protagonistas de una polémica noticia, del año anterior, tras escalar la Gran Pirámide de Giza, Egipto.

No obstante, no son los únicos que protagonizan la llamada práctica 'Skywalking', ya que el fenómeno se encuentra en su máximo apogeo en Rusia. Esta evidencia se muestra en la historia del escalador urbano más famoso del país, conocido como 'Mustang Wanted', quien debe su fama al gran número de edificios por los que ha andado, se ha fotografiado e, incluso, se ha colgado con una sola mano, para grabarse con las impresionantes vistas que ofrecen las ciudades en las que han tenido lugar sus hazañas.