Al menos 10 muertos en una discoteca de Dayton (Ohio) se han producido esta madrugada en el segundo tiroteo que se registra en EEUU en menos de 24 horas. La violencia con armas de fuego, una lacra para ese país, se cobró este sábado 20 vidas y dejó 26 heridos en un centro comercial de El Paso, una localidad fronteriza de Tejas, que estaba lleno de familias con niños que realizaban compras. La policía ha señalado que la autoría de los asesinatos corresponde a un supremacista blanco, Patrick Crusius, un joven de Dallas. Según el FBI, el ataque está conectado con un crimen de odio y se investiga la divulgación en internet de un manifiesto xenófobo colgado en el foro 8chan.

Se desconoce, por el momento, la motivaciones que se esconden en el tiroteo de Dayton, aunque uno de los agresores ha sido abatido por disparos de la policía, que busca a un segundo atacante en la zona del tiroteo. El departamento de policía de Dayton ha pedido a través de las redes sociales (@DaytonPolice) colaboración a la ciudadanía.

Ambos episodios ha provocado la repulsa del presidente de EEUU, Donald Trump, y de diversas autoridades estadounidenses.

Crimen de odio en El Paso

Las imágenes de las cámaras del centro comercial de El Paso grabaron al atacante entrando al establecimiento, con un rifle y unos abultados protectores en los oídos, a las 10.39 de la mañana. Ya había realizado disparos en el aparcamiento, como confirman vídeos grabados por testigos, y luego realizó su recorrido asesino dentro de la tienda, sembrando el pánico. La policía llegó a las 10.45.

La matanza se produjo la mañana del sábado en unos grandes almacenes de la compañía Walmart en el sur de El Paso, ciudad fronteriza con México con cerca de 700.000 habitantes. "Terrible tiroteo en El Paso, Texas. Los informes son muy malos, muchos muertos", dijo Trump en un mensaje en su cuenta de Twitter poco después de conocerse los sucedido y aún sin cifras oficiales. El mandatario agregó que "estaba trabajando con las autoridades locales y estatales, y las fuerzas de seguridad" y que había "hablado con el gobernador para ofrecer el total apoyo del Gobierno federal".

Igualmente, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, se mostró "apesadumbrado por la pérdida de tantas vidas inocentes" en la misma red social.

Los almacenes comerciales contaban con gran afluencia de clientes para realizar compras de cara al próximo inicio del curso escolar.

El Departamento de Policía de El Paso publicó por la tarde un mensaje en el que instaba a los ciudadanos a llevar a cabo donaciones ante la "necesidad urgente de sangre" para ayudar a los heridos.

Robert Curado, residente en la ciudad y testigo de lo ocurrido, explicó en declaraciones al diario local El Paso Times cómo se escondió junto a su madre entre dos máquinas expendedoras fuera del establecimiento cuando el sospechoso les apuntó con el arma. "Allí es cuando el individuo intentó dispararme, pero falló porque como que me agaché", indicó.

David Shimp, director ejecutivo del centro médico Del Sol, uno de los hospitales al que se trasladaron los heridos, informó en un correo electrónico de que sus servicios de emergencia habían recibido a once heridos de entre 35 y 82 años de edad, que estaban en tratamiento. "Dos pacientes están en situación estable y nueve en condición grave", dijo Shimp.

Por su lado, los líderes demócratas en el Congreso emitieron sendos comunicados en los que instaron a actuar para controlar el acceso a armas de fuego en Estados Unidos y criticaron a los republicanos, que cuentan con mayoría en el Senado, por su rechazo a diversas propuestas legislativas en este sentido en los últimos años. "Demasiadas familias en demasiadas comunidades se han visto forzadas a sufrir el horror diario de la violencia de armas de fuego. Ya es suficiente. La continuada inacción del Senado republicano deshonra nuestra obligación de proteger a hombres, mujeres y niños inocentes y poner fin a esta epidemia de una vez por todas", subrayó Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo que el tiroteo de la mañana del sábado parecía ser un crimen de odio, y la policía citó un "manifiesto" que atribuyeron al sospechoso como evidencia de que el derramamiento de sangre fue por motivos raciales. El tiroteo repercutió inmediatamente en la campaña presidencial de los Estados Unidos, con varios candidatos demócratas que denunciaron el aumento de la violencia armada y repitieron los llamamientos para que se tomen medidas más estrictas de control de armas.

El pasado fin de semana se produjo otro tiroteo masivo en un festival gastronómico en Gilroy (California), que dejó cuatro muertos. En lo que va de año, EEUU acumula 249 tiroteos de estas características, con consecuencias desiguales. Las ocurridas en las últimas horas en El Paso y Dayton son de las más graves.