Los países que se niegan a pagar rescates como política de Estado no tienen muchas más opciones para recuperar a sus conciudadanos que las operaciones de rescate. La idea es noble, pero raramente funciona. La historia reciente está más marcada por fracasos como la Operación Garra de Águila, que trató de recuperar a los rehenes de la embajada estadounidense en Irán, que por éxitos como Entebbe, que sirvió para liberar un avión lleno de pasajeros judíos e israelís en Uganda. La operación lanzada el sábado por las fuerzas especiales de EE UU en Yemen pertenece a la primera categoría. Y ha tenido un desenlace trágico.

El fotoperiodista estadounidense de 33 años, Luke Somers, y el profesor sudafricano en la cincuentena, Pierre Korki, murieron durante la operación de rescate acometida por varios helicópteros y un centenar de comandos estadounidenses en el sur de Yemen, muy cerca del Golfo de Adén.

Ambos llevaban más de un año en poder de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP) y, según distintas fuentes, fueron ajusticiados por sus captores durante la refriega con los militares. Los dos murieron más tarde, cuando estaban siendo evacuados del edificio donde se produjo el rescate fallido, de acuerdo con el relato del Pentágono.

CUMPLIR LAS CONDICIONES

Su suerte empezó a decidirse el miércoles. Ese día, AQAP hizo público un vídeo donde amenazaba con matar a Somers en 72 horas si no se cumplían sus condiciones que, decían, eran «bien conocidas». Dos días después, el presidente Barack Obama autorizó en secreto la operación tras concluir que había «razones convincentes para pensar que la vida de Somers corría un peligro inminente», según explicó ayer el secretario de Defensa, Chuck Hagel.

Poco después de la medianoche del sábado, soldados de las fuerzas especiales descendían en helicóptero sobre el pueblo de Wadi Abadan y nada más tocar tierra se toparon con los disparos de los militantes de Al Qaeda, según fuentes oficiales del The Washington Post.

«Los terroristas que tratan de dañar a nuestros ciudadanos sentirán el largo brazo de la justicia americana», dijo ayer Obama en un comunicado tras ofrecer las condolencias a las familias de los fallecidos. Es posible que su país tenga que dar explicaciones a la familia de Korkie porque, según explicó ayer una oenegé sudafricana que estaba negociando su rescate, sus captores se disponían a ponerlo en libertad hoy mismo.

LÍDERES TRIBALES

«La devastación psicológica y emocional de Yolanda y su familia se agravará al saber que Pierre iba a ser liberado mañana», dijo la Gift for the Givers en un comunicado. Según la fundación, líderes tribales yemenís se reunió ayer mismo para ultimar los preparativos para la liberación. «La espera ya casi se ha acabado», le habían dicho a Yolanda, la mujer de Korkie, solo unas horas antes de la fallida operación.

EE UU ya trató de rescatar a Somers, quien se mudó al Yemen en el 2010 para dar clases de inglés y empezó a trabajar como fotógrafo durante la revuelta prodemocrática que vivió el país, el mes pasado. La operación, que contó con la ayuda de las fuerzas yemenís, logró rescatar a otros ocho rehenes en poder de Al Qaeda, pero los comandos no encontraron a Somers.

A estas operaciones fallidas, hay que añadir la lanzada este verano en Siria para liberar a un grupo de rehenes en poder del Estado Islámico. En aquella ocasión, llegaron tarde y durante los meses siguientes los yihadistas ejecutaron a cinco de los secuestrados en su poder, tres de ellos estadounidenses.