El expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi ha aceptado este miércoles "con reservas" el encargo de formar un gobierno "de emergencia" en Italia, después de que fracasaran las negociaciones políticas para reeditar el Ejecutivo de Giuseppe Conte.

El jefe del Estado, Sergio Mattarella, le ha asignado esta misión para afrontar de forma inmediata la crisis económica y sanitaria derivada de la pandemia y como alternativa a un adelanto electoral.

Draghi abrirá ahora una ronda de consultas con los partidos políticos para tantear sus opciones y, llegado el caso, volver al palacio del Quirinale, la residencia presidencial, para formalizar su designación.

El M5S se opone

El líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S), Vito Crimi, ha dejado ya claro que no votará "por el nacimiento de un gobierno técnico presidido por Mario Draghi", por entender que debe elegirse una administración "política". No obstante, no se descarta que algunos diputados de su grupo se desmarquen y acaben dando apoyo al expresidente del BCE.

El exprimer ministro Matteo Renzi, líder de Italia Viva, ha llamado a "todas las personas de buena voluntad" a aceptar la propuesta de Mattarella, ya que considera que "es el momento de los constructores" para salir de la actual crisis política en el país transalpino, informa la cadena Sky.

Por su parte, el líder de la Liga, Matteo Salvini, ha dicho no tener "prejuicios" con Draghi -"si hace suyas nuestras propuestas para relanzar el país estaríamos felices"-, pero ha planteado que sería "mejor" convocar elecciones y evitar un escenario de interinidad que, en principio, se prolongaría hasta 2023. Una postura similar ha planteado la líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, que si bien ha insistido en su defensa de nuevos comicios, también se ha mostrado dispuesta a trabajar "por el bien de la nación", mientras que Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, sí vería con buenos ojos al antiguo presidente del BCE.

Las posturas de los dos partidos de extrema derecha, Liga y Hermanos de Italia, responden a los buenos resultados que les otorgan los sondeos en caso de que se celebrasen ahora las elecciones.