José Manuel Durao Barroso, próximo presidente de la Comisión Europea, intentó ayer calmar los ánimos del Parlamento Europeo, exaltados por el caso Buttiglione . En respuesta a la amenaza socialista de votar en contra del Ejecutivo comunitario, Barroso dio una de cal y otra de arena por boca de Pia Ahrenkilde, portavoz encargada de la transición entre la Comisión de Romano Prodi y la que tomará el relevo el 1 de noviembre. Según Ahrenkilde, Barroso "estudiará con atención" el contenido de las cartas en las que el Parlamento Europeo pone nota a los miembros de la futura Comisión, y "tomará en consideración las sugerencias". El grupo socialista había anunciado el jueves su intención de votar contra el Ejecutivo comunitario si Barroso no retiraba la cartera de Libertades Públicas a Buttiglione por considerar inaceptables sus declaraciones sobre el papel de la mujer en el matrimonio y los homosexuales. La votación final del pleno será en Estrasburgo dentro de 11 días.