El Partido Republicano ha sufrido este martes un duro revés en los comicios celebrados en cuatro estados de EEUU y que el propio presidente, Donald Trump, planteó como una vía para bloquear el camino a los demócratas a un año de las elecciones presidenciales del 2020.

Con el país muy dividido, estos comicios se han leído como un test revelador sobre la popularidad de Trump, inmerso en un proceso de 'impeachment' para dilucidar si coaccionó al Gobierno ucraniano para que investigara a su principal rival demócrata, Joe Biden, a cambio de ayudas militares.

Los demócratas han reclamado una sorprendente victoria en Kentucky frente al gobernador republicano y tomaron el control en Viginia, donde el sentimiento anti-Trump en los suburbios sigue siendo una fuerza poderosa. Además, también se celebraron comicios en Mississipi y Nueva Jersey.

En Kentucky, el fiscal general demócrata Andy Beshear, cuyo padre, Steve, fue el último gobernador demócrata del estado, obtuvo una estrecha victoria sobre el gobernador Matt Bevin a pesar de que el propio Trump se implicó en esta elección y protagonizó un mitin en la víspera de la votación. En este estado, el magnate neoyorquino ganó por 30 puntos procentuales en el 2016. Bevin evitó reconocer la victoria demócrata citando "irregularidades" que no especificó.

Los demócratas también arrebataron a los republicanos las dos cámaras legislativas en Virgina, por lo que este partido tendrá el control completo del gobierno estatal por primera vez en un cuarto de siglo. Trump evitó este territorio, donde los demócratas cosecharon el éxito en los suburbios en las elecciones legislativas del año pasado.

En Mississipi, donde el gobernador republicano Phil Byant no pudo volver a postularse debido a la limitación de mandatos, el vicegobernador republicano Tate Reeves derrotó al fiscal general Jim Hood, un demócrata moderado a favor de las armas y contrario al aborto.

En Nueva Jersey, se esperaba que los demócratas mantuvieran su mayoría en la asamblea general del estado, la Cámara baja.