Según la Constitución, este debería ser el último mandato de Vladímir Putin como presidente. Su tarea principal será idear una fórmula que le permita seguir controlando los resortes del poder a partir del 2024 ya que nadie se imagina que el actual líder del Kremlin vaya a abandonar la actividad política.

El Kremlin deberá gestionar las crecientes tensiones con Occidente por la participación de Rusia en las guerras de Ucrania y Siria. La situación en Siria adquiere el cariz de un conflicto de la guerra fría. En Ucrania, se produce a diario un goteo de muertos en una situación de bloqueo sin perspectivas.

El modelo económico basado en los ingresos procedentes de los hidrocarburos no garantiza las elevadas tasas de crecimiento que requiere Rusia. Putin deber idear fórmulas para incrementar los ingresos. Y ello incluirá el incremento de la presión fiscal y el aumento de la edad de jubilación.