El Ministerio de Asuntos Exteriores iraní ha negado este domingo la implicación de su país en los ataques del sábado contra la petrolera saudí Aramco y ha denunciado planes de servicios de inteligencia para "destruir la imagen" de Irán. El portavoz de Exteriores, Abas Musaví, ha calificadp en un comunicado las acusaciones de Estados Unidos sobre la responsabilidad iraní en los citados ataques de "sin sentido".

Esta respuesta llega después de que el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, acusara este sábado a Irán de los ataques contra dos refinerías de petróleo en Arabia Saudí y asegurara que "no hay evidencias" que sugieran que esa ofensiva fuera lanzada desde el Yemen. "En medio de llamamientos para reducir la tensión, Irán ha lanzado un ataque sin precedentes contra el suministro de energía del mundo", dijo Pompeo en Twitter.

Los rebeldes hutíes del Yemen, aliados de Irán, se atribuyeron los ataques con diez drones contra dos refinerías de la petrolera estatal saudí Aramco en el este de ese país árabe, donde causaron incendios que ya han sido controlados. La petrolera Aramco está considerada por las agencias crediticias Moody's y Fitch como la empresa con más ganancias del planeta y, por tanto, clave para el abastecimiento mundial de petróleo.

Pompeo prometió que Washington trabajará con sus aliados para garantizar el suministro internacional de petróleo y para que Teherán "rinda cuentas por su agresión". "Instamos a todas las naciones a condenar públicamente y de manera inequívoca los ataques de Irán", pidió Pompeo.

HUTÍES APOYADOS POR IRÁN

El conflicto yemení estalló a finales del 2014 cuando los rebeldes ocuparon Saná y otras provincias del país y expulsaron al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, actualmente exiliado en Arabia Saudí. Riad y sus aliados árabes intervienen militarmente en el conflicto desde marzo de 2015 para tratar de derrotar a los hutíes, apoyados por Irán, y restituir al dirigente exiliado.

Buena parte de las armas que Riad usa en el Yemen provienen de manos del Gobierno de Donald Trump, que ha ofrecido su apoyo inquebrantable a Arabia Saudí y con quien se ha aliado para hacer frente a Irán. Para preservar esa alianza, Trump llegó incluso a usar su poder presidencial para impedir que el Congreso de EE.UU. forzara al Gobierno a retirar su apoyo a Riad en la guerra del Yemen.

Trump ayer mismo conversó por teléfono con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, para respaldar el "derecho de Arabia Saudí a defenderse", detalló la Casa Blanca. Bin Salman, por su parte, comunicó a Trump que su país tiene la "voluntad y capacidad" para afrontar el ataque contra sus refinerías, de acuerdo a un comunicado del Ministerio de Exteriores saudí.