Nueva patada al balón hacia delante. El presidente de EEUU, Donald Trump, y el de China, Xi Jinping, acordaron ayer en Osaka (Japón), en una reunión al margen del G-20, darse una nueva tregua en la guerra comercial que enfrenta ambas potencias desde hace un año.

La reunión que mantuvieron ambos líderes en el país nipón no sirvió para anunciar la paz, en forma de acuerdo comercial. Nadie lo esperaba tampoco. Pero al menos no se saldó con un recrudecimiento de la guerra. Lo que se ha acordado es una tregua por un espacio de tiempo aún sin precisar y dos compromisos iniciales: EEUU no impondrá nuevos aranceles a las importaciones y China aumentará sus compras de productos agrícolas estadounidenses.

Además, la Casa Blanca permitirá a las empresas de EEUU vender productos al fabricante chino Huawei, según anunció el presidente estadounidense, Donald Trump, en rueda de prensa poco después de reunirse con Xi Jinping en un encuentro que calificó de «excelente». Mientras tanto, «vamos a trabajar con China para ver si podemos llegar a un acuerdo», afirmó. «Si podemos llegar a un acuerdo será un evento histórico», avanzó.

Trump decidió revertir así reuna orden ejecutiva por la que prohibía a estas compañías entablar relaciones comerciales bajo la sospecha de que Huawei, principalmente conocida por sus teléfonos móviles, podría suponer una amenaza para la seguridad nacional. El presidente de EEUU no habló sobre la situación de la jefa financiera de la compañía, Meng Wanzhou, arrestada en Canadá a petición de la autoridades norteamericanas y sobre la que se ha especulado que Trump podría anular la orden de detención

El alto el fuego acordado entre ambas potencias poco antes de la finalización de la cumbre de los países más ricos del mundo y las principales economías emergentes, puso un broche de esperanza al cierre de la reunión del G-20 que los mandatarios celebraron durante dos días en la ciudad portuaria de Osaka, en Japón.

La cumbre se saldó con un comunicado poco ambicioso en el que apenas se constata una «intensificación» de las tensiones comerciales y geopolíticas en el mundo, sin llegar a establecer una condena explícita del proteccionismo, lo cual hubiera impedido la firma de Trump del texto final. El documento reitera el compromiso de avanzar en la reforma de la Organización Mundial del Comercio (OMC) como árbitro del comercio internacional.

DECENAS DE REUNIONES

Tampoco se logró avanzar en un mayor apoyo de los líderes mundiales al Acuerdo de París contra el cambio climático. Igual que pasó en la cumbre argentina de Buenos Aires, el comunicado del G-20 de Osaka solo concitó 19 firmas para su capítulo sobre el clima, volviéndose a quedar fuera EEUU. «Es difícil encontrar una solución a tantos desafíos globales de una vez, pero al menos hemos logrado mostrar una voluntad común en muchas áreas», afirmó el primer ministro japonés y presidente de turno del G-20 en rueda de prensa.

Haciendo balance de las dos jornadas (28 y 29 de junio) con decenas y decenas de reuniones formales e informales que han mantenido la treintena de mandatarios del mundo reunidos en Japón, se podría decir que la escasa ambición del comunicado oficial se ha visto compensada por tres cuestiones.

De un lado, se ha mantenido a salvo el amenazado multilateralismo (en tanto que sinónimo de cooperación internacional) que representa la organización del G-20 desde el estallido de la crisis financiera del 2008.

En segundo lugar, por la tregua en la guerra comercial con la que se ha saldado la cumbre dentro de la cumbre entre los presidentes de EEUU y China.

Y en tercer lugar, por el anuncio de un acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur después de 20 años de negociaciones, que, en palabras del presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Jucnker, alumbra «el mayor bloque comercial del mundo» (con transacciones por más de 780 millones de euros y un ahorro de unos 4.000 millones en aranceles para la Unión Europea).

«NO HA SIDO FÁCIL»

Este acuerdo, según Pedro Sánchez, «lanza un mensaje a favor del multilateralismo en un momento de tensiones comerciales». «No ha sido fácil, creánme», dijo en la conferencia de prensa que ofreció al finalizar la cumbre, en la que apuntó que las negociaciones fueron «particularmente difíciles y complejas» en la lucha contra el cambio climático. El resto de líderes de la UE y de Mercosur presentes en Osaka aprovecharon para lanzar el mismo mensaje.