Dijo ayer en Washington el general John Abizaid, jefe del Comando Central de EEUU, que en Irak "no reina el caos". Si lo que sucede en el país árabe no es caos, debe de ser muy algo parecido. Además de los combates en el triángulo suní y en Bagdad y la precaria calma existente en el sur shií, ayer se conoció la desaparición de 23 extranjeros más: tres periodistas checos, dos soldados y siete civiles de EEUU y 11 trabajadores rusos. En total, 28 extranjeros permanecen secuestrados o desaparecidos en el país. Además, siete obreros chinos, cuyo secuestro en Faluya no se supo hasta ayer aunque ocurrió el domingo, fueron liberados anoche, según la agencia Xinhua.

Los siete civiles de EEUU (que trabajan para una subsidiaria de Halliburton) y los dos soldados, también estadounidenses, desaparecieron después de que su convoy fuera atacado el viernes en el barrio de Abú Gharib, en Bagdad. EEUU desconoce si están secuestrados o han muerto. Ese mismo día, los insurgentes dejaron a una televisión australiana grabar a un rehén, y se trataba del estadounidense Thomas Hamill, supuestamente secuestrado en ese ataque.

Los checos desaparecidos son los tres periodistas. Dos de ellos, partieron de Bagdad hacia Ammán el domingo por la mañana y no se sabe de ellos. El tercer reportero desapareció en el mismo recorrido.

No hay noticias de los primeros secuestrados, tres ciudadanos japoneses sobre los que pende una amenaza de muerte en caso de que Tokio no retire a sus tropas de Irak. El jeque Abel Satar, de la Organización Iraquí de Ulemas (OIU) --que media con los insurgentes en Faluya para lograr un alto el fuego-- dijo ayer a este diario que le consta que los japoneses están siendo bien tratados. "Espero que no les ocurra nada malo", dijo el jeque cuando el ultimátum dado por los secuestradores a Japón ya ha expirado. En Tokio, miles de japoneses se manifestaron pidiendo la retirada de sus tropas, coincidiendo con una visita del vicepresidente de EEUU, Dick Cheney.

Mientras el centro de Irak arde en secuestros, el sur shií está en relativa calma. Sin embargo, el comandante en jefe de las tropas de EEUU en Irak, teniente general Ricardo Sánchez, dijo ayer que la misión de la coalición es "matar o capturar a Moqtada al Sadr", el líder radical shií.

AMENAZA DE ESTADOS UNIDOS Mientras el Partido Islámico de Irak (PII) y la Organización Iraquí de Ulemas (OIU) arrancaron ayer de la guerrilla en Faluya unas horas más de tregua, el Ejército de Estados Unidos aseguró que, si no fructifican las negociaciones, está listo para "destruir a las fuerzas enemigas en Faluya", en palabras del general Mark Kimmit. Alaa al Malki, portavoz del PII dijo ayer que hoy proseguirán las negociaciones para un alto el fuego definitivo, tras una ofensiva que, según fuentes de la OIU, ha costado la vida a más de 600 iraquís, de los que 157 son mujeres y 129 son niños menores de 12 años. Desde el 1 de abril, 70 soldados de la coalición ocupante han muerto en todo Irak.