En lo que parecía el preludio del asalto final contra Faluya, Estados Unidos aconsejó ayer a la población que abandone la ciudad, blanco continuo de las bombas de la aviación y la artillería norteamericanas. Los militares estadounidenses, ayudados por potentes altavoces y con la distribución de octavillas escritas en árabe, pidieron a los civiles de Faluya que salgan lo más rápidamente posible. El mensaje contenía, sin embargo una clara excepción: todos los varones menores de 45 años que intenten entrar o salir de la ciudad sitiada serán detenidos.

La inminencia de la ofensiva causa inquietud en algunos medios internacionales. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, advirtió a Washington, Londres y Bagdad de que el asalto puede sembrar todavía más indignación entre la población iraquí y socavar las elecciones previstas en enero, según reveló ayer una fuente diplomática. La advertencia fue hecha en una carta que Annan envió al presidente de EEUU, George Bush; al primer ministro británico, Tony Blair; y al primer ministro iraquí, Iyad Alaui.

MAS BOMBARDEOS Todas las vías que conectan Faluya con el exterior están ya bajo control de las fuerzas de EEUU, excepto un pequeño camino rural, según aseguraron algunos vecinos a la agencia France Press. La aviación de EEUU volvió a bombardear ayer la ciudad, con mayor intensidad que en días anteriores, en un nuevo intento de debilitar a las fuerzas de la resistencia que se han hecho fuertes en la ciudad, en su mayoría seguidores del jordano Abú Musab al Zarqaui. Fuentes hospitalarias informaron de al menos tres muertos y cuatro heridos.

EEUU también sufrió bajas. Un soldado murió y otros cinco resultaron heridos en un ataque de los insurgentes contra una base cercana a Faluya. Otros dos marines murieron y cuatro fueron heridos también en la provincia de Anbar, de la que forman parte Faluya y Ramadi.

Mientras, dos rehenes extranjeros --un nepalí y un filipino-- fueron puestos en libertad ayer por sus secuestradores.