Lejos de remitir, los combates en Nayaf entre la milicia del cabecilla radical shií Moktada al Sadr y las tropas estadounidenses están creciendo en intensidad. Al menos siete tanques de EEUU irrumpieron ayer en el cementerio sagrado de Nayaf, el mayor camposanto del mundo, donde los musulmanes de confesión shií quieren ser enterrados. Según el entorno de Sadr, los bombardeos norteamericanos han llegado a dañar la cúpula dorada del mausoleo del imán Alí, el lugar más sagrado de la ciudad. Las mismas fuentes informaron también de la muerte de al menos 10 milicianos en los combates.

A pesar de las declaraciones de los mandos de EEUU de que respetarán los lugares santos para no alienar al influyente clero y al grueso de la comunidad shií, la lógica de la guerra parece dirigir a las tropas por otro camino. El cementerio de Nayaf ocupa un vasto espacio junto al centro histórico, y los milicianos del Ejército del Mehdi lo utilizan como retaguardia para lanzar sus incursiones guerrilleras contra el enemigo.