Tras recuperar a sangre y fuego la ciudad de Samarra, las tropas norteamericanas han puesto ahora el punto de mira en otra de las zonas más calientes de Irak, la provincia de Babil, que, desde la noche del martes, sufre las embestidas de una vasta operación militar destinada a liquidar a los grupos de la resistencia. Mientras tanto, en la ciudad de Anah, un suicida lanzó un coche bomba contra un cuartel de la Guardia Nacional iraquí, con el resultado de al menos 16 muertos.

El coche bomba saltó por los aires a pocos metros de la entrada de un cuartel de la Guardia Nacional, cuando un nutrido grupo de candidatos a formar parte del cuerpo de seguridad se encontraba en su interior. Además de los 16 muertos, más de 20 personas resultaron heridos, algunas de extrema gravedad.

BOMBARDEO SOBRE FALUYA La ciudad de Anah, situada a 260 kilometros al oeste de Bagdad, próxima a la frontera con Siria, forma parte de la provincia suní de Al Anbar, como las ciudades rebeldes de Ramadi y Faluya. Esta última volvió a ser bombardeada ayer por la aviación norteamericana. Tres personas murieron.

En el sur de Bagdad, mientras tanto, más de 3.000 soldados estadounidense e iraquís continuaban peinando una extensa zona conocida como el triángulo de la muerte y que forman las ciudades de Mahmudiya, Latifiya y Yusufiya, situadas en el norte de la provincia de Babil. En esta zona se han producido varios secuestros y numerosos ataques y emboscadas de la resistencia. Fuentes de EEUU aseguraron haber detenido a más de 60 presuntos insurgentes y localizado un campo de entrenamiento de los rebeldes, además de haberse hecho con el control de un puente de gran valor estratégico.

CUMPLIR CON EL CALENDARIO La ofensiva contra Samarra del fin de semana pasado, los bombardeos de Faluya y la operación de Babil son una muestra de la determinación de Washington y del Gobierno iraquí por recuperar cuanto antes las zonas controladas por los rebeldes para, de esta manera, poder cumplir con el calendario electoral, que prevé celebrar elecciones en Irak el próximo mes de enero. En este contexto se enmarcan las negociaciones que mantienen el Gobierno de Iyad Alaui con el clérigo Moktada al Sadr para pacificar Ciudad Sadr, uno de los distritos más conflictivos de Bagdad. Según un portavoz shií, los seguidores del clérigo están dispuestos a dejar las armas siempre y cuando los norteamericanos no patrullen por sus calles y ayuden a reconstruir las partes del distrito destruidas por los bombardeos y los combates.

En otros actos de de violencia, cuatro ciudadanos kurdos fueron asesinados en Baquba, mientras que siete civiles murieron en un ataque de la resistencia contra una patrulla británica en Basora.