Tal como llevaba anunciando desde hacía meses, el Gobierno de EEUU suspendió ayer su participación en el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés) y advirtió de que en un plazo de medio año se retirará definitivamente del acuerdo, una de las piedras angulares del desarme atómico mundial, si Moscú no destruye los proyectiles que, según sostienen Washington, la OTAN y numerosos aliados europeos, violan los términos del pacto.

«Si Rusia no regresa a un completo y verificable cumplimiento del tratado dentro de este periodo de seis meses, destruyendo de forma verificable sus misiles que violan el INF, sus lanzaderas y el material asociado a ellas, el tratado terminará», anunció el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo.

Desde Moscú, la portavoz del Ministerio de Exteriores, Maria Zajárova, no ha querido cerrar la puerta a la continuidad de las negociaciones, pero a la vez ha advertido que su país se reservaba el derecho de responder ante las medidas que Washington pueda emprender. «Si el bando (norte) americano se forma de todos modos su opinión y abandona el INF, Moscú se reserva el derecho de reaccionar de forma adecuada, con medidas de represalia», ha declarado la alta funcionaria durante una emisión televisiva en el Piervy Kanal, la primera cadena federal rusa.

Zajárova ha considerado que la raíz del problema no se halla «en la violación» por parte de Rusia de los términos del tratado, ni tampoco en «China», sino que todo ello forma parte de una «estrategia por parte de EEUU para esquivar sus obligaciones legales internacionales».

EEUU y los aliados en la Alianza Atlántica sostienen que el misil Novator 9M729, conocido en la terminogía de la OTAN como SSC-8, tiene un alcance que supera los 500 kilómetros de distancia -el umbral mínimo establecido por el pacto-, una acusación que ha sido corroborada desde varias capitales europeas. Desde los cuarteles generales de la alianza en Bruselas, la decisión de Washington ha recibido un fuerte respaldo, mientras en Alemania, la cancillera Angela Merkel ha pedido que ambas partes utilicen el plazo de medio año para solventar sus diferencias.H