La batalla de Faluya se ha cobrado ya la vida de más de 500 rebeldes, mientras que en el bando estadounidense tan sólo se contabilizaron las bajas de 18 soldados, según aseguraron ayer fuentes del Ejército de EEUU. El aparente éxito de la operación militar contra el bastión rebelde suní contrasta con la intensificación de las operaciones de la resistencia en otras ciudades del país. En Bagdad, un coche bomba acabó con la vida de al menos 17 personas, mientras que en Mosul, al norte del país, los insurgentes lanzaron ataques simultáneos contra seis comisarías de policía. Como respuesta, aviones de Estados Unidos bombardearon la ciudad.

El optimismo reinaba ayer entre el alto mando estadounidense. El avance era rápido, lo que les ha permitido hacerse con el control del 75% de Faluya. El jefe del Estado Mayor del Ejército de EEUU, Richard Myers, aseguró ayer que centenares de rebeldes han muerto o han sido detenidos en la ofensiva. Un alto mando de los marines aseguró que esperaban tener todo el casco urbano bajo control mañana, a pesar de que la resistencia armada iba en aumento. Ayer, dos helicópteros fueron alcanzados por los rebeldes, y tuvieron que aterrizar.

REHENES TORTURADOS Además de los 18 soldados estadounidenses muertos, al menos un centenar de heridos han sido trasladados durante estos últimos cuatro días al hospital militar que EEUU tiene en Alemania. En su avance, los marines encontraron a tres rehenes iraquís en los sótanos de Faluya, desnutridos, atados y con síntomas de haber sido torturados. En este clima de optimismo contenido, el general retirado Tommy Franks, excomandante de la guerra en Irak, aseguró que el Gobierno de Washington deberá prolongar su presencia militar en Irak al menos tres años más.

Mientras las tropas norteamericanas avanzaban por las calles de Faluya, grupos de insurgentes lanzaban ataques de envergadura en otras ciudades de Irak. En Bagdad, un coche bomba estalló en hora punta en la avenida Sadún, en el centro de la ciudad, y provocó la muerte de al menos 17 personas. El vehículo explotó poco después de que pasara por el lugar una patrulla. En Mosul, los rebeldes lanzaron por la mañana varios ataques contra seis comisarías. Al caer la noche, la ciudad parecía estar fuera de control.

ATENTADO EN KIRKUK Otro coche bomba estalló contra el convoy donde viajaba el gobernador de Kirkuk, que salió ileso, aunque la explosión hirió a 14 personas.

En Baquba, una columna de 30 insurgentes atacó un cuartel de la Guardia Nacional. En el enfrentamiento murieron un policía y 10 rebeldes. También hubo combates en Ramadi, vecina de Faluya, controlada en parte por la insurgencia.