El breve periodo de acercamiento entre Estados Unidos e Irán, pilotado por Barack Obama para reducir la tensión en Oriente Próximo y reequilibrar su mapa geopolítico, es ya definitivamente historia. La Administración de Donald Trump ha reimpuesto todas las sanciones que fueron levantadas tras el acuerdo nuclear firmado en el 2015 por Teherán y seis potencias extranjeras, un acuerdo del que Washington se retiró unilateralmente en mayo.

Las sanciones afectan a 700 empresas, instituciones e individuos iranís, una declaración de guerra económica que afecta al sector petrolero, los bancos, el transporte marítimo o las aseguradoras. Pero no solo a ellos. También golpeará a las compañías extranjeras que hagan negocios con Irán.

La Casa Blanca se ha quedado sola en su estrategia de «máxima presión» contra Teherán. Ni Rusia ni China ni la Unión Europea la respaldan. Pero todo parece indicar que las presiones desde varios flancos han logrado a última hora que Washington excluya a ocho países del cumplimiento de las sanciones.

LOS SOCIOS

La lista incluye a socios importante de Irán como China, India, Japón y Corea del Sur, además de Italia y Grecia. Pero no se ha incluido a la UE como bloque, una decisión llamada a enfriar las gélidas relaciones que imperan en el Atlántico desde que Trump llegó al poder. De acuerdo con su secretario de Estado, Mike Pompeo, las exenciones «solo se han aprobado» porque sus beneficiarios «han reducido significativamente» la compra de crudo iraní y cooperan con EEUU en otros frentes.

«El régimen iraní tiene dos opciones: puede cambiar 180 grados su actual rumbo ilegal y comportarse como un país normal o puede resignarse a ver cómo su economía se desploma», dijo Pompeo. EEUU busca forzar a Irán a cambiar su política exterior, basada en alianzas con los países y grupos armados que disputan la hegemonía estadounidense, israelí y saudí en la región, desde el régimen sirio a Hamas en Palestina, o Hizbolá en Líbano. EEUU sostiene que Irán es «el principal promotor mundial del terrorismo».

El presidente iraní, Hasán Rohani, dijo que el país seguirá vendiendo petróleo. «Vamos a romper las sanciones con orgullo». El verdadero perjudicado será la población iraní. Desde que EEUU se salió del pacto nuclear, el rial se ha hundido, han subido los precios y crecidco el desabastecimiento.