Ronald Reagan se ha confirmado en su muerte como el presidente de EEUU más popular del siglo XX tras John F. Kennedy. Ayer, mientras se ultimaban los detalles de unos actos de homenaje que incluyen un funeral el viernes en la catedral nacional, en Washington, a la que se espera que asistan numerosos líderes mundiales, el país aupaba a los altares de la memoria al hombre que devolvió el optimismo y "un nuevo amanecer a América".

Sólo unos pocos se atrevían a destacar las paradojas del que es considerado uno de los padres del fin de la guerra fría, y a criticar la parte de su legado conservador que incluye graves fracasos económicos, la degradación del Estado del bienestar y retrocesos en las políticas sociales.

La relevancia de la figura de Reagan queda clara en los actos para su despedida. Su funeral será el primero de tipo presidencial desde el de Lyndon Johnson en 1973. Richard Nixon, el hombre del que Reagan heredó un país escéptico y desilusionado tras el Watergate y la guerra de Vietnam, fue enterrado en Yorba Linda (estado de California) en 1994.

28 DIAS A MEDIA ASTA El cuerpo de Reagan, que permanece en la biblioteca nacional que lleva su nombre en Simi Valley (California), será trasladado mañana a Washington, donde las banderas de todos los edificios federales ondearán a media asta durante los próximos 28 días por orden del presidente George Bush. Sus restos permanecerán en la rotonda del Capitolio el miércoles y el jueves para que le rindan tributo dirigentes nacionales e internacionales. Durante 24 horas también los ciudadanos podrán desfilar ante el féretro.

El viernes tendrá lugar el funeral en la catedral nacional. La ceremonia la oficiará John C. Danforth, un pastor episcopaliano y antiguo senador republicano de Misuri al que Bush ha nominado para sustituir a John Negroponte como embajador de Washington en la ONU. El cuerpo de Reagan volverá a Simi Valley, donde será enterrado en un enclave de la biblioteca nacional cerca del Pacífico. A las puertas de esta institución, ayer cerrada, la gente ha levantado un altar con flores y banderas.

UNIDAD CASI TOTAL El país se encuentra casi plenamente unido en el recuerdo. Hasta el aspirante de los demócratas a la Casa Blanca, John Kerry, se sumó a la ola de ensalzamientos. "Incluso cuando rompía los corazones de los demócratas lo hacía con una sonrisa y con un espíritu de debate honesto y abierto", señaló Kerry en un comunicado. El aspirante ha suspendido su agenda de campaña para los próximos días. "Las diferencias eran reales pero, por la forma en que lideró, el presidente Reagan nos enseñó que hay una gran diferencia entre las firmes creencias y el amargo partidismo".

Sin embargo, también hubo quienes destacaron que el legado de Reagan no es tan perfecto como ayer recordaban la mayoría de medios de comunicación de EEUU. "Fue la primera vez que voté por los demócratas --recordaba Anna May Nelson, una mujer de 67 años que participaba en una manifestación contra la guerra de Irak en Los Angeles--. No podía creer que fueran a presentar a un actor como presidente. Podía decirte una mentira a la cara y hacerte pensar que todo estaba bien".