Después de un fin de semana en el que rebrotó con fuerza la violencia insurgente contra las tropas norteamericanas en Irak, con al menos seis soldados muertos en dos atentados con explosivos, los equipos de rescate no habían logrado dar ayer con el paradero de otros tres militares estadounidenses desaparecidos el domingo en Mosul, al norte del país.

Dos de ellos volaban a bordo de un helicóptero de reconocimiento Kiowa que buscaba el rastro de una patrulla fluvial desaparecida en el Tigris en la que viajaba el tercer militar estadounidense. EEUU no ha aclarado si el aparato cayó tras ser alcanzado por fuego enemigo o si se estrelló accidentalmente.

La policía iraquí también sufre los embates de la resistencia. Cuatro oficiales de policía fueron muertos a tiros en Ramadi, al oeste, mientras en Bagdad otro murió en un ataque con una mina.

Mientras tanto, en Nueva York, todo apuntaba a que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, anunciará en las próximas horas el envío de una delegación a Irak para estudiar la petición shií de celebrar elecciones inmediatas.

En Moscú, Rusia y EEUU anunciaron ayer que cooperarán a pesar de las "divergencias" en política internacional y en el ámbito de los derechos humanos, según transmitió el presidente ruso, Vladimir Putin, al secretario de Estado de EEUU, Colin Powell.