El escándalo de las torturas infligidas a presos iraquís sacude al Ejército de EEUU y ha colocado a la Casa Blanca en una situación muy embarazosa. Ayer el presidente, George Bush, instó al Pentágono a que castigue a los responsables de esos "actos horrendos y vergonzosos", poco después de anunciarse la amonestación a siete altos mandos relacionados con los abusos. Sus nombres no fueron revelados, pero todo apunta a que incluyen a la general Janis Karpinski, directora de la prisión de Abú Gharib donde se torturó.

Seis de los expedientes suponen el fin de las carreras militares de los afectados, mientras que el séptimo es menos severo. No obstante, a ninguno de los siete se le acusa de haber cometido abusos. Además, el Ejército investiga las acusaciones de asalto, crueldad y perpetración de actos indecentes presentadas contra otros seis soldados, que pueden ser sometidos a consejo de guerra.

"ACTOS DESPRECIABLES" "Fueron actos despreciables", declaró ayer a la ABC Karpinski, quien aseguró que de haber sabido lo que sucedía, habría reaccionado "muy rápidamente". La general argumentó que la policía militar, bajo su mando, no tuvo la culpa de los abusos: "Las celdas para interrogatorio y aislamiento operaban bajo el control de la inteligencia militar ..., era gente distinta de la policía militar". Un alto mando de la CIA explicó ayer que la agencia está investigando el caso, pero que no hay agentes de la CIA implicados.

Un informe interno del Ejército respaldó en parte a Karpinski, al identificar a "dos oficiales de inteligencia militar" como responsables de las torturas junto con dos contratistas civiles de una empresa de Virginia (EEUU). No obstante, el informe no exonera a los soldados sobre los que mandaba Karpinski, pues denuncia que "el abuso generalizado e ilegal de detenidos fue perpetrado intencionadamente por varios guardias de la policía militar en el Ala 1-A de Abú Gharib". Las torturas fueron entre octubre y diciembre de 2003, fechas en las que "se cometieron numerosos abusos delictivos".

Las torturas fueron perpetradas por la Brigada 800 de Policía Militar. Además, "hubo otros abusos cometidos por miembros del Batallón 325º de la Brigada de Inteligencia Militar, y por el Centro Conjunto de Interrogación", dice el informe.

"Vi a dos prisioneros desnudos, uno masturbándose y el otro arrodillado con la boca abierta", dijo Carl Wisdom, de la policía militar. Añadió que el sargento Ivan Chip Frederick le interpeló: "Fíjate en lo que hacen esos animales cuando los dejas solos dos segundos". Frederick escribió en su diario los abusos que vio; como "dejar a los presos desnudos en las celdas o vestidos con bragas, o encadenarlos a sus celdas".

En Londres, el Daily Mirror insistió ayer en la autenticidad de las fotos que publicó el sábado en las que tropas británicas maltrataban a un prisionero iraquí. Los dos soldados que dieron el material al diario afirmaron que el Ejército sabía "que pasaban muchas cosas más".