La franja de Gaza vivió ayer su segunda jornada de guerra abierta. Otros cinco soldados israelís murieron en una emboscada en Rafah muy similar a la que tuvo lugar el martes en la ciudad de Gaza y, como en esa primera operación, la Yihad Islámica aseguró haberse quedado con restos de los militares. Poco después, una columna de blindados del Ejército israelí, apoyada por aviones F-16 y helicópteros Apache, entró en el campo de refugiados de Rafah, junto a la frontera con Egipto. Otros cinco palestinos murieron en operaciones de represalia.

La operación de castigo en el campo de refugiados de Rafah --que según los primeros recuentos causó 11 heridos-- se produjo después de que la Yihad Islámica y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa asumieran en un comunicado la autoría de la segunda emboscada en dos días contra el Ejército israelí en Gaza.

DOBLE EXPLOSION Milicianos de estas dos organizaciones hicieron estallar una bomba al paso de una excavadora del Ejército y tres soldados resultaron heridos. La peor parte se la llevaron los ocupantes del blindado que se acercó a socorrer a las víctimas, ya que fue entonces cuando un segundo artefacto, accionado por control remoto, estalló y alcanzó de lleno el vehículo militar, dando muerte a sus cinco ocupantes.