Israel amplió ayer su operación de castigo en el norte de la franja de Gaza contra los militantes que lanzan cohetes Qasam, una ofensiva que se saldó con al menos 35 víctimas mortales (32 palestinos y 3 israelís), además de más de un centenar de heridos. El ataque, que empezó el martes y que Israel anunció que será "profundo y prolongado", es uno de los más sangrientos en la franja de Gaza en los cuatro años cumplidos esta semana de Intifada.

La vasta ofensiva ha sido bautizada como Días de penitencia y fue ordenada por el primer ministro israelí, Ariel Sharon, que se reunió con su titular de Defensa, Shaul Mofaz, para decidir cómo intensificar la respuesta militar contra el lanzamiento de cohetes Qasam, que el miércoles mataron en Sderot a dos niños israelís, de 2 y 4 años.

EL MAYOR CAMPO DE REFUGIADOS La respuesta fue la invasión de Yabalia que, con 160.000 habitantes se ha convertido en el mayor campo de refugiados palestinos en todo Oriente Próximo. Es conocido como un símbolo de la resistencia contra la ocupación israelí por ser el lugar donde comenzó la primera Intifada, que se desarrolló entre 1987 y 1993.

De un sólo proyectil, disparado a las 15.30 (hora española), Israel mató a entre 7 y 15 palestinos, según las fuentes. Las víctimas eran todas jóvenes y adolescentes que estaban reunidos cerca del mercado del barrio de Sika, al este del campo de refugiados. El Ejército israelí argumentó que cinco militantes estaban intentando colocar un artefacto para posteriormente detonarlo al paso de sus vehículos.

Otros 13 palestinos murieron en Yabalia y en las cercanas Beit Lahia y Beit Janún donde el Ejército intensificó sus operaciones. Cuatro activistas, así como dos soldados israelís y una colona judía fallecieron también en una jornada sangrienta. Fuentes palestinas informaron de que las tropas lanzaron decenas de proyectiles contra el llamado Bloque 4 de Yabalia y que las excavadoras militares destruyeron 35 viviendas

La Autoridad Nacional Palestina (ANP) pidió la inmediata intervención de la comunidad internacional "para frenar la masacre en Gaza", como dijo Nabil Abú Rudeina, el asesor del presidente palestino, Yasir Arafat.

El ministro de Negociaciones de la ANP, Saeb Erekat, denunció por su parte que "cuando los israelís dicen que se van a retirar de Gaza, la vuelven a ocupar y la convierten en una prisión para los palestinos".