Cuando todavía pleitea por defender un patrimonio familiar acumulado mediante abusos e ilegalidades durante la dictadura, Imelda Marcos, de 80 años, viuda del expresidente filipino Ferdinand Marcos, vuelve a la política para sentarse en el Congreso gracias a un escaño de diputada. Será parlamentaria --paradojas de la vida-- frente a un presidente que se apellida Aquino porque es hijo de Benigno Aquino, el histórico líder opositor que la dictadura de su marido quitó de en medio, y de la ex presidenta Corazón Aquino.

Así, después de las elecciones celebradas el lunes, Filipinas dibuja un nuevo panorama político aunque con tufo a pasado. Aquino y Marcos. Viejos apellidos colocados en un nuevo tablero. "El retorno de Marcos muestra hasta qué punto los filipinos pueden olvidar rápido". Es el contundente análisis que lleva a cabo el director general de la asociación de derechos del hombre Task Force Detainees, Emmanuel Amistad. "Los filipinos tienen la memoria corta y han olvidado los excesos de Ferdinand Marcos", añade para puntualizar: "Una generación nueva y numerosa que no sabe lo que puede representar la ley marcial". Una ley marcial que fue instaurada en 1972 por el presidente Ferdinand Marcos gracias a la cual encarceló e hizo desaparecer a miles de opositores al régimen.

Regreso en compañía

Con el agravante de que Imelda, conocida por sus excentricidades entre las que destaca su extensa colección de zapatos convertidos hoy en piezas de museo, no vuelve sola. Imelda, que perdió las elecciones presidenciales de 1992, ha conseguido un escaño en el Congreso como representante de de la provincia de Ilocos norte, la provincia natal de su marido, que gobernó el país con mano de hierro entre 1965 y 1986.

Pero es más que presumible la victoria de su hija Imee, de 56 años, como gobernadora de Ilocos Norte. Y Ferdinand junior, conocido con el sobrenombre de Bongbong, tiene prácticamente asegurado un puesto de senador en una cámara que cuenta con 24 miembros. Es el gran retorno de los Marcos a la política filipina. Bongbong ya advirtió antes de las elecciones que no descarta optar a la presidencia del país en el 2016.

Junto con Imelda, distintas personalidades del país van a entrar en la Cámara baja. El campeón mundial de boxeo Manny Pacquiao también encabeza con un amplio margen la pugna por el cargo de congresista por la provincia de Sarangani, en el extremo sur del país.

Ídolo nacional del boxeo

Si el escrutinio final confirma la victoria del boxeador Pacquiao, considerado un héroe nacional, podrá resarcirse de la derrota sufrida hace tres años cuando fue derrotado en las urnas por la filipina Darlene Custodio, en la carrera por un puesto de legislador por la ciudad de General Santos.

Su logro político podría ser el colofón a su carrera pugilística aunque los aficionados le piden una despedida por todo lo alto que pase por medirse con el estadounidense Floyd Mayweather junior, el único, según los expertos, capaz de plantar cara al campeón filipino.

La cita electoral estuvo marcada el pasado lunes por la violencia en las calles --con un balance de diez personas muertas-- y el uso del voto electrónico, según los analistas, ha ayudado a evitar la manipulación del voto en un país donde el fraude electoral es moneda corriente.