Las organizaciones judías de Alemania y el Centro Simon Wiesenthal de EEUU se sumaron ayer a la protesta de los miembros de la mayoría gubernamental y de numerosos intelectuales contra el intento de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de rehabilitar a un juez nazi. El magistrado, Hans Filbinger, de 90 años, fue designado por el parlamento regional de Baden-Wurtemberg como miembro de la Asamblea especial que el domingo elegirá al nuevo presidente del país, lo que ha desatado un verdadero escándalo.

Filbinger fue durante muchos años ministro presidente del estado de Baden-Wurtemberg, cargo al que se vio obligado a renunciar, en 1978, tras comprobarse que había formado parte de un tribunal militar durante el Tercer Reich y había ordenado la muerte de un joven desertor.

Los directivos del centro Simon Wisenthal de Los Angeles calificaron la designación de Filbinger como "una mancha de vergüenza en la historia democrática de Alemania".