Escocia ha inaugurado la campaña electoral de cara a la celebración del referendo sobre la independencia fijado para el próximo 18 de septiembre.

Los sondeos consideran bastante improbable -40% en contra y 30% a favor- que los escoceses decidan romper una unión con el Reino Unido que se prolonga durante 307 años.

La campaña se prolongará durante 16 semanas y ambas opciones -"Yes Scotland" y "British Together"- disponen de un límite de 2,5 millones de presupuesto cada una para intentar convencer a sus electores.

Los nacionalistas escoceses enarbolan la histórica rivalidad, el deseo de independencia y lo que, en su opinión, consideran un menosprecio de Londres que se prolonga durante siglos para captar el voto secesionista. Los principales líderes británicos han hecho un frente común para evitar la ruptura y alegan el coste económico de una posible secesión para desalentar a los votantes.