Los sesenta palestinos con pasaporte español, que fueron evacuados desde Gaza a Jordania, piden un alto el fuego entre Hamás e Israel, y aunque esperan una pronta solución, tienen la certeza de que probablemente no encontrarán su casa cuando vuelvan a la franja.

Según explicó hoy a Efe por teléfono desde Ammán el padre Vicente, de la ONG Mensajeros de la Paz, que se ha comprometido a atenderlos hasta próximo aviso, todos viven con "la incertidumbre sobre lo que va a pasar". Sobre todo por las noticias que les llegan por la televisión y por sus amigos y familiares, que aún permanecen en la franja.

Vicente, que acompaña en este viaje al padre Ángel, presidente y fundador de la ONG, detalló que ambos intentaron entrar en Gaza pero "fue totalmente imposible, porque las fronteras están cerradas y la situación es dramática". El sacerdote añadió que todos los atendidos por Mensajeros de la Paz son "palestinos que vivían en Gaza, pero tienen la nacionalidad española por vínculo familiar". "Muchos han nacido en España y son profesores de universidad, dueños de pequeños negocios, etc.", añadió.

"Siempre han tenido dificultades para entrar y salir de la franja", dijo el padre Vicente, en referencia a la imposibilidad de viajar por las restricciones impuestas por Israel. Los 60 españoles, entre ellos al menos 38 menores de edad, llegaron a la capital jordana en la madrugada del pasado domingo. Están agradecidos al consulado español en Jerusalén, la embajada española en Ammán y la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados (UNRWA) por haberlos evacuado, lo que les hace estar "tranquilos dentro de la preocupación", según el religioso.

Desde que el pasado 8 de julio Israel puso en marcha en Gaza la operación militar "Margen protector" contra la infraestructura armada y los lanzamientos de cohetes contra territorio israelí por parte del grupo islamista Hamás, ya han muerto de 600 palestinos y miles de ellos más han resultado heridos. Lideres regionales y de la comunidad internacional continúan manteniendo encuentros para instar a ambas partes a aceptar el alto el fuego propuesto por Egipto.

Israel aceptó el fin de hostilidades pero solo lo respetó durante unas horas, después de que Hamás se negara a cumplirlo y pusiera varias condiciones, como el fin del bloqueo a Gaza y la liberación de presos palestinos en Israel.