Golpe mayúsculo a la seguridad de Alemania. Según han avanzado fuentes internas a la agencia DPA, un grupo de 'hackers' rusos conocido como APT28 se infiltró con éxito en las redes de los poderosos ministerios de Asuntos Exteriores y de Defensa, que hasta ahora Berlín consideraba como seguras. Los ciberespías, de quien se sospecha que están bajo las órdenes del Kremlin, han conseguido robar datos de ambas agencias.

Al escándalo se le añade que el ataque estuvo en marcha durante un año, hasta que los organismos de seguridad detectaron la presencia del software espía en sus redes el pasado diciembre. Según expertos en seguridad, de haber afectado a toda la red del gobierno el ciberataque podría ser especialmente peligroso. Sin embargo, el Ministerio del Interior ha asegurado en un comunicado que el ataque fue “aislado y controlado por el Gobierno federal”.

Los servicios de inteligencia y los responsables de la contrainteligencia alemana se han hecho cargo de la investigación.

Amenaza rusa

Detrás de este nuevo ataque se esconde presuntamente Advanced Persistent Threat 28, también conocidos como Fancy Bear, un grupo de espionaje cibernético que, según expertos de firmas estadounidenses y japoneses, tiene relación directa con la cúpula de la inteligencia militar de Moscú. Hasta la fecha el presidente ruso, Vladímir Putin, ha negado toda acusación de injerencia rusa en otros países.

También se sospecha que este grupo es el responsable del ciberataque del 2015 contra el Bundestag que culminó con el robo de hasta 16 gigabytes de datos con más de un millón de correos electrónicos de políticos. El ataque, el peor sufrido por Alemania en los últimos años, pasó inadvertido a las autoridades durante más de una semana.