Los servicios franceses de espionaje llevaron a cabo una "operación de gran envergadura" y movilizaron a unas "100 personas" de forma permanente para lograr la liberación de los periodistas retenidos en Irak, según indicó ayer el Ministerio de Defensa de Francia. La liberación de Christian Chesnot y Georges Malbrunot fue, durante los cuatro meses de secuestro, "la prioridad número uno" de la Dirección General de Seguridad Exterior (DGSE), según el portavoz de Defensa, Jean-Fran§ois Bureau.

"El dispositivo se tradujo en más de un millar de contactos con un centenar de fuentes de diferentes países", dijo. Un grupo de la DGSE denominado "servicio de acción" se encargó "en exclusiva y en condiciones peligrosas" de la evacuación de los periodistas, "liberados en un barrio particularmente difícil de Bagdad", así como de su traslado desde Irak hasta Chipre, donde les esperaba el ministro de Asuntos Exteriores francés, Michel Barnier.

UNA SITUACION SERIA Desde el pasado sábado "había señales, indicaciones que hacían pensar que podía suceder algo", aunque no fue hasta el propio día de la liberación de Chesnot y Malbrunot cuando "la situación se consideró verdaderamente seria", pues los servicios secretos franceses tenían la sensación de que "para los secuestradores, lo más difícil era liberar a los rehenes".