"Me marché tan sólo 10 minutos antes de que empezase el maremoto". Así relató el aragonés Sergio Arrojo su experiencia en una de las zonas afectadas por el seísmo en India. El joven, de 26 años, se encontraba en el país tras haber pasado un año trabajando en un laboratorio. Terminada su labor se dirigió a la zona sur, al estado de Kerala, para pasar una semana de vacaciones junto a un grupo de amigos. Ayer llegó al aeropuerto de Barajas procedente de Bombay, tras realizar escala en Fráncfort. "Pasé la noche anterior al seísmo en una casa flotante en el mar y me fui a tomar el avión a Bombay minutos antes de que todo comenzase", explicó Sergio.

"Llegué al aeropuerto sin tener ni idea de nada", indicó, "por eso mi experiencia ha sido un poco rara". De hecho, Sergio comenzó a intuir que algo extraño pasaba cuando encendió el móvil y vio decenas de mensajes y llamadas perdidas desde España. "En India no me enteré de lo que estaba ocurriendo, quizás porque la tragedia sucedió en la costa. Hay tantas catástrofes, que en Bombay no se les veía muy traumatizados. En la zona oeste, a la que llegaron las olas y donde hubo 2.000 muertos era otra cosa", añadió. "En el aeropuerto no había ninguna situación de tensión ni de emergencia".

A pesar de haber escapado al terremoto casi por los pelos, el joven no duda en que la magnitud de la tragedia ha podido verse agravada por la peculiaridad de las construcciones de la zona. "Allí nadie controla dónde se construyen las casas. Además, están totalmente abiertas debido al clima cálido así que cualquier ola puede entrar dentro de la vivienda y arrasarlo todo", explicó. "Incluso las tiendas son como un garaje, totalmente abiertas", indica.

Todavía no hay cifras de muertos en la zona de Kerala, pero las últimas informaciones apuntan a que, por el momento, son 200 las personas fallecidas. "Al menos he hablado con la gente que permanecía allí y están todos bien", afirma Sergio.

Pedro Arrojo, conocido activista ecologista aragonés y padre de Sergio, comentó que habló con su hijo "un poquito antes" de que se originara el seísmo. "Luego no nos cogía el móvil, porque lo había desconectado y, la verdad, es que vivimos cuatro horas de angustia", afirmó.

Al aeropuerto de Barajas llegó también una española, que manifestó que se había enterado de lo sucedido por la televisión, ya que se encontraba en el norte de la India.