Con otro vídeo indeciblemente macabro, los yihadistas del Estado Islámico anunciaron ayer la decapitación de un cooperante estadounidense, el quinto rehén occidental al que le quitan la vida desde que Estados Unidos comenzó a bombardear sus posiciones en Irak el pasado mes de agosto. En esta ocasión se trata de Peter Kassig, de 26 años, un exmilitar de las fuerzas especiales que creó su propia oenegé para ayudar a las víctimas de la guerra civil siria. La filmación muestra además el asesinato de cerca de una veintena de soldados y pilotos de la fuerza aérea siria, degollados como corderos por otros tantos barbudos a cara descubierta y con ropas de camuflaje.

La sentencia de Kassig ya había sido anunciada. A principios de octubre, el joven apareció arrodillado y vestido con un mono naranja en el vídeo de la decapitación del cooperante británico Alan Henning. Pero la coreografía de su muerte es distinta de la de los cuatro compañeros que le precedieron y con los que compartió cárcel en Raqqa (Siria), según la prensa estadounidense. Kassig no hace ninguna declaración antes de morir. Solo se ve su cabeza tirada en el suelo a los pies de su verdugo, que esta vez tiene de trasfondo algo parecido a un pueblo, en lugar de las colinas desérticas de otras veces.

«Este es Peter Edward Kassig, un ciudadano estadounidense de tu país. Peter, que luchó contra los musulmanes en Irak mientras servía en el Ejército no tiene mucho que decir. Sus antiguos compañeros de celda ya hablaron por él», asegura un individuo con acento británico, presumiblemente el mismo Jihadi John, que hizo de maestro de ceremonias en las ejecuciones previas. El verdugo acusa a Obama de «ser un mentiroso» por haber dicho «hace cuatro años» que retiró a las tropas de Irak y le amenaza con una frase de Abu Musab al Zarkawi, el que fuera líder de Al Qaeda en Irak, el germen del Estado Islámico. «A Obama, el perro de Roma: hoy estamos masacrando a los soldados de Ba-shar y mañana masacraremos a los tuyos. Con permiso de Alá romperemos esta última y definitiva Cruzada». La inteligencia trabajaba ayer para autentificar el vídeo. «Si se confirma, estamos consternados por el brutal asesinato de un inocente cooperante estadounidense», dijo la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Bernadette Meehan.

UNA OENEGÉ CON SUS AHORROS

La familia de Kassig pidió a los medios que no publiquen el vídeo de propaganda yihadista y que se recuerde a su hijo por «el importante trabajo y el amor que compartió con sus amigos y su familia». Nacido en Indiana, Kassig sirvió en Irak en el 2007 con los Rangers, una unidad de fuerzas especiales, y más tarde en Libia, pocos días antes de la caída de Gadafi. Su experiencia en ambas guerras hicieron que se decantara por el pacifismo y en el 2012 se estableció en Beirut y, con sus ahorros, creó una oenegé para distribuir ayuda entre los refugiados sirios. Un año después se mudó a la frontera turca y empezó a entrar en Siria para distribuir ayuda, hasta que fue capturado en octubre del 2013 en Deir Ezzour. Ya en cautiverio, se convirtió al islam. «Si muero, nos reconfortará saber que me fui mientras trataba de aliviar el sufrimiento de otros», escribió en una carta a sus padres.