Los parlamentarios británicos se disponen a votar sus planes para el brexit, en un pulso sin precedentes con el Gobierno. Los diputados intentan buscar una fórmula de consenso, tras el fracaso de Theresa May, que ha sido incapaz hasta ahora, de sacar adelante su acuerdo después de más de dos años de negociaciones. Según un sondeo recién publicado, solo un 7% de los británicos cree que el Ejecutivo ha llevado acertadamente las negociaciones. En una serie de "votaciones indicativas", los parlamentarios expresarán sus preferencias, en una sesión este miércoles que comenzará a última hora de la tarde. Desde el Gobierno se ha advertido de que el resultado, en el caso de que alguna opción lograra una mayoría de apoyos, no es vinculante y la primera ministra, puede simplemente ignorarla.

De acuerdo con los detalles del procedimiento que se han ido conociendo, los diputados dispondrán de una papeleta donde figurarán todas las propuestas y al lado de cada una de ellas dos casillas, una para el Sí y otra para el No. El portavoz de la Cámara, John Bercow, decidirá que opciones figurarán en la papeleta. Es muy probable que alguna de ellas defienda una relación más estrecha con la Unión Europea, con la permanencia quizás en la unión aduanera, otra en cambio puede pedir una relación mucho más distante de libre comercio, o quizás marcharse sin acuerdo, o incluso la celebración de un segundo referéndum. El resultado se conocerá probablemente hacia medianoche. Los diputados también han reservado la agenda parlamentaria del lunes.

CAMBIO DE TONO

Antes del inicio de la votación, previsto para las siete de la tarde, hora de Londres, May se dirigirá a los diputados conservadores del llamado Comité 1922. La primera ministra podría fijar una fecha para su salida a cambio de su apoyo. El control de la agenda por el Parlamento la noche del lunes ha enfurecido a los euroescépticos, que temen una deriva hacia un brexit suave y que el proceso de salida se eternice o incluso acabe en nada. Ese miedo es la última baza de May para sacar adelante su acuerdo en una tercera votación, que podría tener lugar este jueves.

A lo largo de este martes algunos de los más significados partidarios de la ruptura total con la Unión Europea, como el exministro para el brexit, David Davis, parecían dispuestos a apoyar finalmente el plan de May, para evitar “el caos”. “No es un buen acuerdo, pero la alternativa es un caos torrencial. Cuando ves las propuestas que se van poniendo, son todas peores que la de ella”, declaró. Jacob Rees-Mogg, leader de una facción radical Tory, también cambio de tono: “Siempre he pensado que una salida sin acuerdo era mejor que el acuerdo de la señora May. Pero el acuerdo de May es mejor a que no haya salida en absoluto”. Dadas las actuales circunstancias, “dejar la Unión Europea, incluso de forma inadecuada y teniendo que trabajar más tarde, es mejor que no marchándose”.

Quienes no ceden son los unionistas norirlandeses. Su portavoz para asuntos del brexit, Sammy Wilson, indicó que estarían más dispuestos a aceptar un año de retraso en la salida de la UE, a el acuerdo de May. El lunes se debatirá la petición de una ciudadana, solicitando, “la revocación del articulo 50 y la permanencia en la UE”, que ha logrado más de 5,7 millones de firmas en el portal del Parlamento.