La Casa Blanca se esforzó ayer en contrarrestar las graves acusaciones vertidas contra el presidente de EEUU, George Bush, por el antiguo jefe del servicio de contraterrorismo, Richard Clarke, que el domingo lo denunció por "desoír" la amenaza que suponía Al Qaeda antes del 11-S, ya que consideró que el presidente estaba obsesionado con Irak. Para el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, las declaraciones de Clarke son "irresponsables".

"Me parece ofensivo que el presidente se presente a la reelección apoyándose en las grandes cosas que ha hecho contra el terrorismo, a pesar de que no hizo caso a ese tema durante meses, cuando tal vez pudimos hacer algo para detener el 11-S", declaró Clarke en una entrevista concedida a la cadena de televisión CBS, previa a la salida de su libro Contra todos los enemigos , en el que detalla sus acusaciones.

SIN IMPORTANCIA Clarke explica en su libro que la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, parecía no haber oído nunca el nombre de Al Qaeda cuando tomó posesión de su cargo, mientras que el subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz, "quitó importancia" al peligro que suponía la red terrorista de Osama bin Laden, autora del 11-S.

Los asesores de Bush tenían su punto de mira tan enfocado hacia Irak que el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, propuso atacar a este país árabe al día siguiente del 11-S, porque tenía "mejores objetivos" que Afganistán. Tras el 11-S, Wolfowitz sostuvo que Irak era responsable del primer ataque contra las Torres Gemelas (1993) y que habría ayudado a Al Qaeda a perpetrar el 11-S, porque fueron unos atentados "demasiado sofisticados y complicados" como para que los llevase a cabo un solo grupo terrorista.

El exfuncionario acusa también a Bush; al vicepresidente, Dick Cheney, y a otros destacados asesores de la Casa Blanca, de haberlo presionado para que encontrara la forma de vincular a Irak con Al Qaeda, pese a que el espionaje estadounidense rechazaba esta conexión. "´¡Irak!, ¡Sadam!, averigüe si hay una conexión´, me dijo (Bush) de forma intimidatoria" tras el 11-S, asegura Clarke. El exfuncionario, además, culpa al presidente de haber lanzado "una guerra innecesaria y costosa en Irak, que ha reforzado al terrorismo fundamentalista en todo el mundo".

Por otra parte, el periodista paquistaní Hamar Mir, biógrafo de Osama bin Laden, declaró ayer al diario sueco Aftonbladet que Al Qaeda tiene en su poder "maletas nucleares inteligentes", una especie de bombas atómicas portátiles. Al referirse a esta afirmación, Mir cita una conversación mantenida con Ayman Al Zauahiri, número dos de Al Qaeda. "Señor Mir, si tuviera 30 millones de dólares en la manos, podría ir tranquilamente al mercado negro del centro de Asia y contactar con cualquier defraudador científico de la antigua Unión Soviética y comprar todas las maletas bomba que quisiera", asegura Mir que le dijo Al Zauahiri.