Para Donald Trump los quebraderos de cabeza legales no solo provienen de la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre el Rusiagate. Los escándalos sexuales acechan al presidente de Estados Unidos, que ayer tuvo otro día negro en el escandaloso terreno. Y los nubarrones no hacen más que oscurecerse en el horizonte inmediato.

Por una parte The New York Times reveló que Karen McDougal, una modelo que posó para Playboy y que asegura que tuvo una aventura sexual con Trump en el 2006, ha presentado una demanda en California para poder hablar públicamente de la relación. Por otra parte, en un tribunal de Nueva York una magistrada ha decidido que puede seguir adelante el caso que ha planteado Summer Zervos, exconcursante en el reality show de Trump, que ha demandado al presidente por difamación por negar sus acusaciones de que le acosó sexualmente. Y todo mientras sigue adelante la guerra judicial con Stormy Daniels, la actriz porno que también pide poder hablar de su relación sexual con Trump.

A diferencia de Daniels, que en octubre del 2016 recibió 130.000 dólares (106.00 euros) de Michael Cohen, un abogado de Trump, a cambio de no hablar, McDougal no demanda directamente al presidente o a su letrado. En su caso la modelo ha presentado la denuncia contra American Media Inc, la compañía editora del tabloide National Enquirer, que fue quien le pagó 150.000 dólares (122.000 euros) a cambio de los derechos de su historia, aunque nunca la ha publicado.

Los mayores problemas para Trump pueden llegar al haberse enfrascado en una guerra judicial con Daniels -a la que su equipo ha demandado por 20 millones de dólares (16 millones de euros)- y por la decisión de la jueza. Al seguir adelante la demanda de Zervos, el presidente podría ser llamado a declarar.