Acabó mal. El drama de los rehenes, retenidos desde el miércoles por los terroristas en la ciudad de Beslán en Osetia del Norte (Cáucaso ruso), se saldó ayer con más de 200 muertos y 646 heridos, tras una torpe e improvisada operación de rescate, provocada por la explosión inesperada de una de las bombas de los secuestradores.

El consejero del Kremlin para Chechenia, Aslanbek Aslajanov, afirmó que el número de las víctimas mortales podría "superar considerablemente" esa cifra y admitió que en total había hasta 1.200 personas secuestradas en la escuela número 1 de Beslán, el 70% de ellas niños. Inicialmente, las autoridades habían informado de 354 rehenes.

La situación estalló en torno a las 12.50 (dos horas menos en España) cuando un grupo de socorristas se disponía a recoger una decena de cadáveres de los rehenes, que permanecían en el patio del colegio; una acción acordada previamente con los asaltantes. Según las autoridades rusas, en el momento en que los cuatro empleados del Ministerio de Situaciones de Emergencia se acercaron al edificio de la escuela, sonaron dos potentes detonaciones y los terroristas empezaron a disparar contra los rehenes.

EL ATAQUE Este fue el momento en el que las fuerzas de seguridad se lanzaron al ataque. Mientras se producía un intenso intercambio de disparos entre las fuerzas especiales y los secuestradores, varias decenas de niños y adultos --algunos de ellos heridos-- lograron escapar del edificio. Los menores y mujeres salían casi desnudos y con rostros aterrorizados y exhaustos. Según explicó a la televisión rusa una de las supervivientes, los rehenes encerrados en el gimnasio del colegio se habían quitado la ropa para aguantar el calor y el aire enrarecido por el hacinamiento.

Valeri Andreyev, jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antigua KGB) para Osetia del Norte afirmó que la operación de rescate no estaba prevista. Según Andreyev, Aslajanov fue a Beslán para negociar con los secuestradores que exigían la retirada de las tropas rusas de Chechenia y la liberación de varios presos terroristas.

Aslajanov también confirmó que "no se planeaba el asalto" del colegio y que la entrada de las fuerzas de seguridad se decidió para proteger la vida de los rehenes. "Ha ocurrido una tragedia. No lo esperábamos", dijo Aslajanov. El presidente ruso, Vladimir Putin, había prometido el jueves que no pondría en peligro la integridad de los cautivos con una intervención de las fuerzas de seguridad, al declarar que el principal objetivo del Kremlin era "garantizar la vida de los rehenes".

MEDIACION El jueves, los terroristas liberaron a 26 rehenes (15 niños y 11 mujeres), gracias a la mediación del Ruslan Aushev, expresidente de la vecina república de Ingushetia y uno de los políticos de renombre en el Cáucaso ruso. Aushev había afirmado que las negociaciones con los asaltantes continuarían.

La versión oficial de un asalto improvisado ha causado polémica en Rusia. Un experto ruso en la lucha antiterrorista explicó a este diario que la intervención de las fuerzas de seguridad en casos semejantes normalmente se plantea desde el primer momento y es el escenario más probable. "Las negociaciones permiten ganar tiempo a las fuerzas especiales para preparar la operación de rescate", precisó.

El trágico desenlace de la crisis de rehenes de la escuela de Osetia del Norte ha hecho recordar el asalto llevado a cabo por las fuerzas de seguridad rusas en octubre del 2002 para rescatar a los 800 rehenes retenidos en el Teatro Dubrovka de Moscú por un grupo de terroristas chechenos, en el que murieron los secuestradores y 129 rehenes. Entonces el Kremlin también justificó el asalto con el hecho de que los terroristas comenzaron a matar a los rehenes. Sin embargo, los supervivientes no confirmaron esta versión.

Al igual que en el caso del Dubrovka, las autoridades no estaban preparadas para ofrecer ayuda médica al gran número de rehenes que salían caóticamente del edificio del colegio, que se incendió a causa de las explosiones. Sólo varias horas después del inicio del asalto, los militares formaron un corredor para que las ambulancias pudieran evacuar a los heridos.

SUCESO ACCIDENTAL Según testigos presenciales, la explosión que desencadenó el desenlace de la crisis fue accidental. "Los terroristas habían colgado varias bombas del techo con cinta adhesiva. Una de ellas se desprendió, la bomba cayó y estalló", declaró una rehén.

Al comenzar el asalto, los terroristas activaron varios artefactos explosivos colocados en el edificio minado, lo que provocó el derrumbe de una parte del techo. Este desplome causó la mayor parte de las víctimas mortales. El comando terrorista se dividió en tres grupos para intentar huir de las fuerzas especiales. Un pequeño grupo se quedó en la escuela cubriendo la salida de otro, el más grande, que consiguió alejarse de la zona, disparando contra las fuerzas que lo perseguían. El tercer grupo se dispersó para perderse entre la multitud, haciéndose pasar por civiles. La huida desembocó en combates callejeros en distintas partes de la ciudad, en los que participaron tanques y helicópteros de combate.

ATRINCHERADOS Los fugitivos se llevaron a parte de los niños. El líder del comando terrorista y otros dos secuestradores se atrincheraron con

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