A falta de tan solo dos semanas para que Austria celebre elecciones anticipadas, la extrema derecha da pasos para intentar regresar al gobierno del que salió abruptamente en mayo. Este sábado, los delegados del Partido por la Libertad (FPÖ) reunidos en la ciudad de Graz eligieron a Norbert Hofer como nuevo presidente de la formación

Con su designación, los ultras aspiran a remar en contra de las encuestas y obtener unos buenos resultados que les permitan volver a ser la muleta del poder en el Ejecutivo. Actualmente los sondeos dan al FPÖ un 20% de los votos, mientras que los socialdemócratas (SPÖ) retroceden hasta el 21,6% y los conservadores del joven canciller Sebastian Kurz (ÖVP) capitalizan esa desecha y crecen hasta el 35,5%.

Esa caída, de seis puntos respecto a las elecciones del 2017, tiene la misma causa que la salida de los populistas del Gobierno: el ‘Ibizagate’. En mayo se hizo público un vídeo en el que el líder ultra y vicecanciller, Heinz-Christian Strache, aparecía en una mansión de la isla española prometiendo favores políticos a cambio de sobornos a la falsa hija de un oligarca ruso. Este escándalo de corrupción expulsó al FPÖ del gobierno y abrió una crisis política con moción de censura y elecciones anticipadas incluidas.

LOBO CON PIEL DE CORDERO

A sus 48 años, el nuevo líder del FPÖ es conocido por ser la cara amable del partido. A diferencia del histrionismo incendiario de su predecesor, Hofer se muestra más moderado, cortés y sonriente. Ese perfil le permitió ser, en el 2016, candidato a la presidencia de Austria, que perdió en el último momento contra el ecologista Alexander Van der Bellen. Según los expertos, ese carácter puede hacer que la extrema derecha sea más digerible para otros votantes.

Sin embargo, muchos lo describen como un "ultra con piel de cordero". Más allá de las apariencias simpáticas, Hofer mantiene el mismo discurso xenófobo, euroescéptico —pidió un referéndum para salir de la Unión Europea— e identitario que los sectores más radicales del partido. Hasta hace poco siempre iba con una pistola en el bolsillo y decoraba sus trajes con un aciano, una flor azulada que antes de 1938 se consideraba como marca de identificación secreta de los nazis cuando estos eran aún un partido ilegal.

REPETIR ALIANZA

Hofer ha protagonizado también un ascenso meteórico en el mundo político de la república transalpina. Hace poco más de tres años nadie le conocía, pero su carrera a las presidenciales le catapultó. Austria esquivó entonces el auge del populismo nacionalista, pero por poco tiempo. En diciembre del 2017 el FPÖ entraba en el gobierno de la mano de Kurz, quien normalizó su discurso. Hofer pasó a ocupar el ministerio de Transporte.

Con el estallido del escándalo, Kurz se apartó de sus socios para no mancharse. Todo apunta a que la estrategia le beneficiará en las urnas, pero aún así necesitará socios para formar un gobierno estable. Y ahí el FPÖ tiene mucho que decir. Hofer ya ha dejado claro que su intención es repetir esa fórmula y permitir que el nacionalismo ultraconservador vuelva a instalarse en Viena.