Este domingo Facebook exasperó a la extrema derecha francesa. El gigante estadounidense bloqueó de manera temporal las cuentas de Jordan Bardella, vicepresidente de la formación Reagrupamiento Nacional (RN), y de Marion Maréchal-Le Pen, sobrina de Marine Le Pen y exdiputada ultraderechista. Ambos habrían publicado mensajes de apoyo al movimiento Génération Indentitaire, grupúsculo ultra cuya disolución ha sido solicitada por el Ministerio del Interior.

"Facebook ha bloqueado mi página, ya no puedo publicar nada. Los GAFAM Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft se dedican a la censura ideológica y política fuera de cualquier marco judicial", lanzó Marion Maréchal-Le Pen a través de Twitter". En la misma línea, Jordan Bardella hizo pública su indignación: "Facebook se arroga el derecho de suprimir mis publicaciones defendiendo la libertad de expresión y denunciando la deriva liberticida del gobierno! ¿Llegando incluso a la censura directa de mi página sin ningún recurso posible?"

Antes de proceder a la suspensión de sus perfiles, la red social habría advertido a los interesados: “Su página está a punto de ser despublicada […] está sujeta a una difusión limitada y a otras restricciones debido a repetidas infracciones de las normas de la comunidad”. El número dos de la formación ultraconservadora habría utilizado su perfil para difundir un comunicado de su partido denunciando “la deriva liberticida del gobierno” en su decisión de ilegalizar al grupo ultraderechista y xenófobo Génération Identitaire. Por su parte, la exdiputada ultra y directora del Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (ISSEP) habría compartido una petición contra la iniciativa gubernamental. Tras la advertencia, Facebook bloqueó temporalmente sus cuentas.

“La libertad de expresión […] bajo tutela”

“Una censura pura y simple”, estima Jordan Bardell, interrogado por el diario Le Figaro. “No he publicado nada que pueda prestarse a la polémica […] Las redes sociales se han otorgado el derecho de controlar el discurso público. Después de censurar al presidente de Estados Unidos, ya no tienen límites”, continúa el vicepresidente de RN, insistiendo en el avance de “un clima” donde “la libertad de expresión” es puesta “bajo tutela”.

Tras varias horas de suspensión, suficientes para levantar controversia, Facebook dio marcha atrás sin ofrecer ningún detalle ni explicación sobre la contradicción de su arbitraje. “Descubro que mi página acaba de ser desbloqueada aunque las restricciones estaban previstas para varios días. ¿Se habrán dado cuenta los censores que están detrás de las plataformas de que están yendo demasiado lejos?”, escribió con cierto sarcasmo Marion Maréchal-Le Pen en su perfil.

La decisión de Facebook recuerda inevitablemente al bloqueo permanente de la cuenta de Donald Trump en Twitter. Por aquel entonces, Marine Le Pen, firme defensora del presidente estadounidense, no dudó en criticar la medida: “La suspensión de la cuenta de Trump, la purga de los gigantes digitales contra sus partidarios, debería indignar a cualquier ciudadano comprometido con la democracia. ¿Dónde va a parar este control de la disidencia? ¿Quién, mañana, será borrado digitalmente sin posibilidad de defenderse?”. Tal interrogante aparece hoy como un presagio sobre su propio futuro y el de su familia política.

Al margen de las redes sociales, este mismo sábado, entre 1.500 y 2.000 simpatizantes del movimiento Génération Identitaire se dieron cita en París para protestar contra su eventual disolución. Si bien la formación untraconservadora no participó oficialmente en la manifestación, el comunicado del partido difundido a través de Facebook aparece como un indiscutible mensaje de apoyo.