Los familiares de los nueve jóvenes que murieron pisoteados hace una semana en un baile funk en una favela de la ciudad brasileña de Sao Paulo, debido a la estampida provocada por una operación policial, pidieron justicia en un acto ecuménico celebrado en el lugar de la tragedia.

El acto fue concelebrado por un pastor, seis frailes franciscanos y un líder espiritista en la calle Ernest Renan, el estrecho callejón de Paraisópolis, la segunda mayor favela de Sao Paulo, en el que ocurrieron las muertes.

Sueños perdidos

Decenas de habitantes de esta barriada pobre en la zona sur de la mayor ciudad brasileña, así como familiares de las víctimas que no vivían en la comunidad, participaron en la ceremonia religiosa, que fue precedida por un minuto de silencio en homenaje a las mismas.

"Fueron sueños brutalmente interrumpidos; vidas cegadas por la violencia que no podemos permitir. La juventud es el futuro de nuestra nación. Necesitamos estar con ellos, escucharlos, darles condiciones de alcanzar sus sueños, tenemos que repudiar todas las formas de violencia contra nuestros jóvenes", afirmó el fraile franciscano Diego en su sermón.

Los familiares de las víctimas exigieron justicia, una investigación exhaustiva y sanciones ejemplares en caso de que se compruebe que la tragedia fue provocada por la policía.

Luchar por la justicia

"Quiero mostrarle al mundo, porque ahora no es algo exclusivo de Brasil sino de todo el mundo, lo que han hecho con nuestros hijos, con nuestras almas. No ha sido por acaso, fue una atrocidad lo que han hecho", afirmó a Efe Cristina, madre del joven Denis Henrique, uno de los muertos.

"No estoy del lado de la policía ni contra ellos. Pero hay que ser humano", agregó. Uno de los hermanos de Denis Henrique, Danilo, afirmó que las familias tienen que juntarse para luchar porque tienen un objetivo común que es buscar justicia. "Si no luchamos para que esto termine, ¿cuántos más tendrán que morir víctimas de la policía?", se preguntó.

Homenajes a las víctimas

En la madrugada de este domingo, igualmente en otro homenaje, el multitudinario baile funk que toma las calles de Pairosópolis entre las noches del sábado y la madrugada del domingo, fue interrumpido por un minuto de silencio en homenaje a los jóvenes muertos.

A diferencia del baile de hace una semana, al que acudieron cerca de 5.000 personas, el de este fin de semana contó con un público menor; con muchas personas vestidas de blanco, incluso familiares de las víctimas, y cargando carteles en que exigían justicia, y con muchas cámaras de televisión.

Las acciones de la policía

En la madrugada del sábado al domingo de la semana pasada, un grupo de policías interrumpió la popular fiesta funk en Paraisópolis y arrojó bombas de gas lacrimógeno y balas de perdigones contra la muchedumbre, lo que provocó una estampida que dejó nueve muertos, entre ellos cuatro menores de edad, y doce heridos.

La policía alegó inicialmente que la tragedia fue provocada durante una persecución a criminales que intentaron camuflarse en el público de la fiesta, pero numerosos vídeos divulgados por los habitantes de la favela han dejado en duda las versiones oficiales.

El gobernador del estado brasileño de Sao Paulo, Joao Doria, prometió revisar los protocolos de actuación de la policía tras decirse "perplejo" con los abusos documentados en diferentes vídeos de la operación de la madrugada del domingo.