En un polémico caso que podría ensuciar la política para Oriente Próximo de la Administración de George Bush y enturbiar las relaciones entre EEUU e Israel, el FBI está investigando si un analista del Pentágono espió para el régimen de Ariel Sharon. La investigación, que lleva en marcha un año, se centra en un empleado que trabaja en la oficina de Douglas Feith, el número tres del Departamento de Defensa.

Hay pruebas de que ese analista pasó documentos clasificados al Comité de Asuntos Públicos Americano-Israelí, un lobi judío que, a su vez, habría facilitado la información a los servicios de inteligencia de Israel. En esa información secreta se incluían discusiones sobre la posición de Washington sobre Teherán, lo que plantea dudas sobre si Israel pudo usar esa información para intentar influir en la política estadounidense en Oriente Medio.

En un comunicado, el Pentágono aseguró que el analista investigado "no estaba en posición de tener una influencia significativa sobre la política de EEUU". Israel también ha negado las acusaciones. Pero la gravedad del caso es patente: hasta ahora, la mayoría de investigaciones sobre espionaje que han tenido que ver con Israel se han suspendido.